ALGO MAS SOBRE CERVANTES POETA: A PROPOSITO DE LOS SONETOS DEL PERSILES Carlos Mata Induráin GPJSO - Universidad de Navarra Cantar con voz tan entonada y viva que piensen que soy cisne y que me muero... (Cervantes, Viaje del Parnaso^ La faceta lírica de Cervantes —eclipsada por el brillo de sus enormes méritos como narrador— es, sin duda, una de las menos estudiadas del ingenio complutense, aunque cada vez hay más bibliografía al respecto1. En este trabajo pretendo añadir algunos comentarios sobre Cervantes poeta, a través de una aproximación a los cuatro sonetos incluidos en el Pcrsiles: «Mar sesgo, viento largo, estrella clara...» (libro I, cap. 9), «Huye el rigor de la in vencible mano...» (libro I, cap. 18), «Cintia, si desengaños no son parte...» (libro II, cap. 3) y «¡Oh grande, oh poderosa, oh sacrosanta...» (libro IV, cap. 3). Estos textos pueden ser estu diados en un doble plano: por un lado, por sus valores estéticos, considerados como textos líricos independientes, en la unidad de sentido que forma cada uno de ellos en sus catorce versos; por otro lado, por la función que desempeñan —y el sentido añadido que adquieren— en el contexto del relato en que aparecen inser tados. Quiero desarrollar, por tanto, un acercamiento a los cuatro sonetos del Persües desde esa doble perspectiva: un análisis estilístico-formal y un análisis estructural o funcional. 1. Cervantes, poeta de vocación Fue, en efecto, poeta Miguel de Cervantes desde el principio de su carrera literaria hasta el fin de sus días, hasta las vísperas ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Carlos MATA INDURÁIN. Algo más sobre Cervantes poe... mismas de su muerte. Suele comentarse que su salto a la arena literaria se produce en 1585 con La Calatea, y ciertamente ese es su primer libro; sin embargo, ya antes había publicado algunos escritos literarios, que fueron precisamente varios poemas, los dedicados a la reina Isabel de Valois y a su muerte, en el año 1569. Si vamos al otro extremo, si nos situamos al final de sus días, ¿cómo no recordar la famosa cuanto emotiva dedicatoria del Pcrsiles, que firma «Puesto ya el pie en el estribo / con las ansias de la muerte...»? No es sólo que, para su despedida del mundo, el ingenio complutense eche mano, adaptándolos, de unos versos de la copla antigua, sino que además, en esta novela que a la postre sería postuma, inserta Cervantes cuatro de sus más hermosos sonetos. Entre ambos hitos, las composiciones juveniles dedi cadas a Isabel de la Paz y las insertas en su Historia septen trional, numerosos testimonios nos iluminan acerca de la voca ción poética cervantina. Así, en las palabras a los «Curiosos lec tores» con que se abre La Calatea, justifica su decisión de dar a la estampa esa novela escrita en prosa y verso, y para ello alega «la inclinación que a la poesía siempre he tenido...». Esa voca ción la reitera decididamente en el Viaje del Parnaso: «Desde mis tiernos años amé el arte / dulce de la agradable poesía» (Viaje del Parnaso, IV, 31-32); así lo reconoce ahora que ya es un anciano, y puede nombrarse el «Adán de los poetas» o presentarse socarro- namente: «Yo, socarrón; yo, poetón ya viejo». En la segunda parte del Quijote leemos: La poesía, señor hidalgo, a mi parecer es como una doncella tierna y de poca edad y en todo estremo hermosa, a quien tienen cui dado de enriquecer, pulir y adornar otras muchas doncellas, que son todas las otras ciencias, y ella se ha de servir de todas, y todas se han de autorizar con ella; pero esta tal doncella no quiere ser manoseada, ni traída por las calles, ni publicada por las esquinas de las plazas ni por los rincones de los palacios. Ella es hecha de una alquimia de tal virtud, que quien la sabe tratar la volverá en oro purísimo de ines timable precio; hala de tener el que la tuviere a raya, no dejándola correr en torpes sátiras ni en desalmados sonetos; no ha de ser ven dible en ninguna manera, sí ya no ftiere en poemas heroicos, en la mentables tragedias o en comedias alegres y artificiosas; no se ha de dejar tratar de los truhanes, ni del ignorante xulgo, incapaz de cono cer ni estimar los tesoros que en ella se encierran. Y no penséis, se- ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Carlos MATA INDURÁIN. Algo más sobre Cervantes poe... ñor, que yo llamó aquí vulgo solamente a la gente plebeya y humilde, que todo aquel que no sabe, aunque sea señor y príncipe, puede y debe entrar en número de vulgo. Y, así, el que con los requisitos que he dicho tratare y tuviere a la poesía, será famoso y estimado su nom bre en todas las naciones políticas del mundo. Y a lo que decís, señor, que vuestro hijo no estima mucho la poesía de romance, doime a entender que no anda muy acertado en ello, y la razón es esta: el glande Homero no escribió en latín, porque era griego, ni Virgilio escribió en griego, porque era latino; en resolución, todos los poetas antiguos escribieron en la lengua que mamaron en la leche, y no fueron a buscar las estranjeras para declarar la alteza de sus conceptos; y siendo esto así, razón sería se estendiese esta costumbre por todas las naciones y que no se desestimase el poeta alemán porque escribe en su lengua, ni el castellano, ni aun el vizcaíno que escribe en la suya. Pero vuestro hijo, a lo que yo, señor, imagino, no debe de estar mal con la poesía de romance, sino con los poetas que son meros romancistas, sin saber otras lenguas ni otras ciencias que adornen y despierten y ayuden a su natural impulso, y aun en esto puede haber yerro, porque, según es opinión verdadera, el poeta nace: quieren decir que del vientre de su madre el poeta natural sale poeta, y con aquella inclinación que le dio el cielo, sin más estudio ni artificio, compone cosas, que hace verdadero al que dijo: «Est Deus in nobis», etc. También digo que el natural poeta que se ayudare del arte será mucho mejor y se aventajará al poeta que solo por saber el arte quisiere serlo: la razón es porque el arte no se aventaja a la naturaleza, sino perficiónala; así que, mezcladas la naturaleza y el arte, y el arte con la naturaleza, sacarán un perfetísimo poeta. Sea, pues, la conclusión de mi plática, señor hidalgo, que vuesa merced deje caminar a su hijo por donde su estrella le llama, que siendo él tan buen estudiante como debe de ser, y habiendo ya subido felice mente a la cumbre de las letras humanas, las cuales también parecen en un caballero de capa y espada y así le adornan, honran y engrandecen como las mitras a los obispos o como las garnachas a los peritos jurisconsultos. Riña vuesa merced a su hijo si hiciere sátiras que perjudiquen a las honras ajenas, y castigúele, y rómpa selas; pero si hiciere sermones al modo de Horacio, donde reprehenda los vicios en general, como tan elegantemente él lo hizo, alábele, por que lícito es al poeta escribir contra la invidia, y decir en sus versos mal de los invidiosos, y así de los otros vicios, con que no señale persona alguna; pero hay poetas que, a trueco de decir una malicia, se pondrán a peligro que los destierren a las islas de Ponto. Si el poeta fuere casto en sus costumbres, lo será también en sus versos; la pluma es lengua del alma: cuales ftieren los conceptos que en ella se ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Carlos MATA INDURÁIN. Algo más sobre Cervantes poe... engendraren, tales serán sus escritos; y cuando los reyes y principes veen la milagrosa ciencia de la poesía en sujetos prudentes, virtuosos y graves, los honran, los estiman y los enriquecen, y aun los coronan con las hojas del árbol a quien no ofende el rayo, como en señal que no han de ser ofendidos de nadie los que con tales coronas veen honradas y adornadas sus sienes (Quijote, II, 16; ed. Rico, pp. 757- 59). Y en el mismo Persiles: Pero la excelencia de la poesía es tan limpia como el agua clara, que a todo lo no limpio aprovecha; es como el sol que pasa por todas las cosas inmundas sin que se le pegue nada; es habilidad que tanto vale cuanto se estima; es un rayo que suele salir de donde está encerrado, no abrasando, sino alumbrando; es instrumento acordado que dulcemente alegra los sentidos y, al paso del deleite, lleva consigo la honestidad y el provecho (Persiles, Libro III, cap. 2; ed. Romero Muñoz, p. 442). Es un lugar común al tratar de esta materia recordar un ter ceto del Viaje de! Parnaso donde Cervantes reconoce aparente mente su fracaso como poeta, al decir que la poesía fue «la gracia que no quiso darme el cielo»; pero sólo algunos críticos —Ayala, sobre todo— han advertido el tono irónico de esas palabras, que están lejos de ser —en mi opinión— una amarga confesión de sus limitaciones poéticas. El texto dice así: Yo, que siempre trabajo y me desvelo por parecer que tengo de poeta la gracia que no quiso danne el cielo, quisiera despachar a la estafeta mi alma, o por los aires, y ponella sobre las cumbres del nombrado Oeta; pues descubriendo desde allí la bella corriente de Aganipe, en un saltico pudiera el labio remojar en ella, y quedar del licor suave y rico el pancho lleno, y ser de allí adelante poeta ilustre, o al menos magnifico. (Viaje del Parnaso, I. vv. 25-36, ed. Herrero García, pp. 217-18) ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Carlos MATA INDURÁIN. Algo más sobre Cervantes poe... Ocurre que los tres versos suelen citarse fuera de contexto, pero leyendo los que les siguen —y conociendo la tradición de la sátira menipea en que se inserta este poema de 1614— podemos apurar mejor su significado. La situación ridicula (el salto fabu loso que quiere dar el narrador hasta la fuente de la inspiración), el empleo de palabras bajas como quedar el pancho lleno, o el desplazamiento acentual del último verso citado (magnifico en vez de magnífico), son marcas que nos están indicando que no debemos interpretar ese texto en serio, sino en burla. (No olvide mos que el Viaje es, precisamente, un poema entreverado de bur las y veras.) Si de los textos cervantinos, pasamos a la crítica literaria, en contraremos que esta cuestión —la consideración de Cervantes poeta— ha dado lugar a interpretaciones contrarias: por un lado, los que defienden a ultranza que Cervantes fue destacado poeta; y, por otro, los que le han negado el pan y la sal en ese terreno literario. Así, Schevill y Bonilla, refiriéndose a las poesías suel tas, en la introducción a su edición, señalaron: «Si se exceptúan algunas, como la Epístola a Mateo Vázquez, o el soneto al túmulo de Felipe II, la mayoría de ellas distan mucho de acreditar la ins piración de la musa cervantina, y sólo merecen conservarse por el renombre de su autor»". He aquí otros juicios: Menéndez Pelayo comentaba que la posteridad «ha dejado en el olvido sus versos, dignos por cierto de mejor suerte. El Don Quijote ha oscurecido las demás obras de su autor; tal es el pri vilegio de los ingenios y de las obras superiores. Sin embargo, la posteridad, justa e imparcial, debe asignar a Cervantes un puesto entre los buenos poetas líricos y dramáticos de su siglo. Es verdad que sus versos son muy inferiores a su prosa, y ¿cómo no han de serlo, si su prosa es incomparable? Pero de que sea el primero de nuestros prosistas, ¿debe inferirse que sea el último de nuestros poetas? Sobrados testimonios de lo contrario ofrecen sus obras líricas y dramáticas»3. Gerardo Diego: «La primera impresión que nos causa la poe sía de Cenantes —y las primeras impresiones suelen ser las más certeras y profundas— es una impresión mezclada de lumino sidad, de simpatía y de toipeza. Y de libertad»4. Y también: «Cer vantes es un poeta luminoso, pero sin brillo»5. ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Carlos MATA INDURÁIN. Algo más sobre Cervantes poe... Valbuena Prat: Opina que «en verso, con brillantes excep ciones, no pasó Cervantes de un buen aficionado»6. Cernuda: «Cervantes era mayor poeta en verso, no me cabe duda, de lo que sus contemporáneos creyeron y dijeron»7. Gaos: «Técnicamente considerados, los escritos en verso de Cenantes suele decirse que adolecen de numerosos y graves de fectos: así, pobreza de rima, falta de suavidad, uso frecuente de epítetos y frases hechas, exceso de retórica. Todo lo cual, que sería sobrado para juzgarlo cuando menos mal versificador, se une, en general, a la carencia de temblor y de fuego lírico, indispensables en el poeta verdadero»8. «Y Cervantes fue ante todo "poeta mayor", cualquiera que sea la jerarquía que entre los poetas mayores, esto es, auténticos, le corresponda. Dada su calidad de humorista impar en la prosa, era natural que la poesía burlesca le naciese espontáneamente. El hábil manejo que hizo del romance y de los metros cortos de la lírica de cancionero demuestran que su "torpeza" en el cultivo de otras métricas no provenía de ninguna forzosa falta de facilidad para expresarse en verso. De hecho, Cervantes utilizó el endeca sílabo, en toda clase de composiciones estróficas —tercetos, cuartetos, sextinas, octavas—, con soltura nada inferior a la de los máximos poetas del siglo de oro. Y, sin embargo, es verdad que el verso perfecto, el que se alza señero, sin falla en la dicción, de cuño plenamente feliz, es menos frecuente en Cervantes que en otros autores. [...] Su "torpeza" como versificador no es la de tipo común, sino un rasgo sui generis, distintivo, complejo y difícil de definir»9. Sea como sea, no es este el momento para entrar a debatir todos los aspectos que trae aparejados el tema de «Cervantes y la poesía», o la consideración de Cervantes como poeta10. 2. Poemas insertos en narraciones El reciente estudio métrico de Domínguez Caparros nos in forma de que Cenantes escribió un total de 78 sonetos: 10 en las comedias, 21 en La Galatea, 20 en el Quijote, 2 en las Ejempla res, 4 en el Persiles, 1 en el Viaje del Parnaso y 20 en las Poesías ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Carlos MATA INDURÁIN. Algo más sobre Cervantes poe... sueltas. Los sonetos de La Calatea, las Novelas ejemplares y el Persiles son «piezas autónomas casi siempre cantadas»". Cervantes no publicó sus poesías en volumen, pero las insertó en varias de sus composiciones narrativas y dramáticas: «Al con siderar la poesía de Cervantes en su conjunto —escribe Yndu- ráin—, salta a la vista que al lado de las poesías compuestas para determinadas ocasiones, y que podemos calificar de "sueltas", nos falta el conjunto de ellas, de algunas al menos, formando un libro con unidad de propósito. Probablemente no hubiera tenido aceptación en libreros, si es que el escritor llegó a planear si quiera tal empeño. Pero lo que sí debe ponerse de relieve es que Cervantes apeló a la expresión poética, insertándola en su narra tiva y ocasionadamente, fuera para dar una nota ambiental, fuese para realzar un momento de tensión afectiva»'". Para una consideración general de esta cuestión, remito a los trabajos de Alcalá Galán y Garrote citados en la Bibliografía fi nal. Aquí vamos a analizar como ejemplo los cuatro sonetos in sertos en el Persiles13. 3. Los sonetos del Persiles Cervantes inserta muchos sonetos en La Galatea (lógico, por que los versos eran de obligada inserción en la literatura pastoril), algunos menos en el Quijote y las Ejemplares; en el Persiles en contramos tan sólo cuatro. Gaos destaca este hecho, el que Cer vantes introduzca escasos poemas en su narrativa ideológica; el Persiles se prestaba a ello, pero no lo hace así14. ¿Por qué? Segu ramente porque ha comprendido que novela y poesía son menes teres de distinto orden15: «Comoquiera que esto sea, el hecho de que en novela mucho más apta que el Quijote para la inserción de poesías, como era el Persiles, las hiciese casi desaparecer, da va lidez a la sospecha de que finalmente Cervantes comprendió que los versos eran materiales más bien extraños e inadecuados en el seno de una novela»16. Sea como sea, Gaos señala que los cuatro sonetos que el Persiles contiene son «de mérito», al tiempo que destaca también los versos (octavas) de la oración de Feliciana de la Voz a la Virgen. Lo misma opinión expresaba Valbuena: «En el Persiles, pueden alabarse con algún buen soneto, la técnica de ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Carlos MATA INDURÁIN. Algo más sobre Cervantes poe... las octavas a la Virgen de Guadalupe»17. Pero vayamos ya con el análisis de esos cuatro sonetos. 3.1. El soneto del portugués Se inserta en el capitulo IX del libro primero. Cuando los pro tagonistas se alejan de la Isla Nevada en las barcas compradas por Riela, oyen «una voz blanda, suave, de manera que les hizo estar atentos a escuchalla» (ed. Romero, p. 19518). Es uno de los prisio neros liberados de la mazmorra de la Isla Bárbara. Antonio el pa dre se da cuenta de que canta en lengua portuguesa. Al cabo de un rato, ese personaje, todavía anónimo, vuelve a cantar, esta vez en castellano, «y no a otro tono de instrumentos que al de remos que sesgamente por el tranquilo mar las barcas impelían» (p. 19519). El soneto dice así: Mar sesgo, viento largo, estrella clara, camino, aunque no usado, alegre y cierto, al hernioso, al seguro, al capaz puerto llevan la nave vuestra, única y rara. En Scilas ni en Caribdis no repara ni en peligro que el mar tenga encubierto, siguiendo su derrota al descubierto, que limpia honestidad su curso para. Con todo, si os faltara la esperanza del llegar a este puerto, no por eso giréis las velas, que será simpleza. Que es enemigo amor de la mudanza y nunca tuvo próspero suceso el que no se quilata en la firmeza. (Persiles, Libro I, cap. 9; ed. Romero Muñoz, p. 196). La bárbara Riela comenta: «Despacio debe de estar y ocioso el cantor que en semejante tiempo da su voz a los vientos» (p. 197). Otra es, en cambio, la opinión de los enamorados protago nistas: Pero no lo juzgaron así Periandro y Amístela, porque le tuvieron por más enamorado que ocioso al que cantado había: que los enamo rados fácilmente reconcilian los ánimos y traban amistad con los que conocen que padecen su misma enfennedad. Y, así, con licencia de ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Carlos MATA INDURÁIN. Algo más sobre Cervantes poe... los demás que en su barca venían (aunque no fuera menester pedirla), hizo que el cantor se pasase a su barca, así por gozar de cerca de su voz como saber de sus sucesos, porque persona que en tales tiempos cantaba o sentía mucho o no tenía sentimiento alguno (p. 197). El cantor anuncia su próxima muerte, causada por las penas que sufre. El mejor comentario del tema del soneto nos lo ofrecen los propios Auristela y Periandro, en la consoladora respuesta que cada uno le ofrece: No sería esperanza aquella —dijo a esta sazón Auristela— a que pudiesen contrastar y derribar infortunios, pues, así como la luz res plandece más en las tinieblas, así la esperanza ha de estar más firme en los trabajos: que el desesperarse en ellos es acción de pechos co bardes y no hay mayor pusilanimidad ni bajeza que entregarse el tra bajado, por más que lo sea, a la desesperación (p. 197). Y Periandro añade: El abría ha de estar [...] el un pie en los labios y el otro en los dientes, si es que hablo con propiedad, y no ha de dejar de esperar su remedio, porque sería agraviar a Dios, que no puede ser agraviado, poniendo tasa y coto a sus infinitas misericordias (pp. 197-98). A este enamorado que anuncia que va a morir le piden que cuente su historia, cosa que ocurre en el capítulo X: es Manuel de Sosa Coitiño, noble lisboeta, soldado, enamorado de Leonora Pe- reira, que el mismo día señalado para su matrimonio, delante de todos los invitados, renunció a la boda alegando que ella ya tiene marido en el cielo (Cristo) y que entra en religión. Nada más aca bar de contar su historia, Manuel sufre un desmayo y muere. La historia del personaje tiene una prolongación en el capítulo 1 del libro III, cuando los peregrinos, ya en Lisboa, encuentran a algu nos familiares de manuel y ven pueden ver el epitafio de tan leal y constante amador. Pues bien, este soneto del portugués ha recibido cierta aten ción por parte de la crítica, quizá por la sugerente opinión de Ca- salduero, quien creía ver concentrado en ese soneto todo el senti do de la novela, de acuerdo con su interpretación alegórica del conjunto: «Este soneto declara la trayectoria de la novela. [...] ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Carlos MATA INDURÁIN. Algo más sobre Cervantes poe... Sólo puede tener próspero suceso el que descubre su valor en la firmeza. Este es el sentido de la novela: en la nave de la vida, por el mar del mundo, guiados por la honestidad, aquilatarse en la firmeza y la lealtad, que nos conduce al puerto quieto»"0. Y más adelante: «El sentido del Persilcs cristaliza en el soneto del portu gués, cuya historia completa el mundo de la novela. La pompa deslumbrante de estos desposorios místicos [los de Leonora] ilu mina como un punto resplandecientemente reconcentrado todos los trabajos de la larga historia de Persiles y Sigismunda, de esta pareja de príncipes, que ocultan su nombre y su origen. Los des posorios místicos iluminan la historia de la pareja humana caída en la mazmorra de la isla bárbara. El esquema esencial de este mundo primigenio es el siguiente: fuego satánico, soberbia, las civia, amor místico. Cervantes ha reducido a sus líneas princi pales el desarrollo de la historia del hombre»21. El tema central del soneto —que se vale de una imagen mari nera para simbolizar los riesgos y dolores del amor— es la constancia. En efecto, se maneja el tópico del ejercicio amoroso, de la vida en general, como navegación"". Se trata de un soneto —en primera lectura— de temática amorosa, que encaja perfecta mente en el plano de la historia personal de Sosa Coitiño: el yo lírico pondera que el amante debe seguir su rumbo firme, sin desviarse ni volver atrás, por muchos que sean los peligros que lo amenacen, aunque falte la esperanza de llegar a seguro puerto. El amor es enemigo de la mudanza y ningún amor que no se aquilata con la firmeza en la adversidad puede tener buen fin («próspero suceso»). Siempre hay esperanza23. El soneto, repito, se entiende en el plano de la historia de este amante portugués, que ha sido firme hasta las últimas consecuencias, hasta la muerte. Pero, por otra parte, en el macrocontexto de la narración, se ajusta perfecta mente a la situación que viven los personajes en ese instante, cuando van navegando en medio de un mar amenazador de borrascas y rodeados de peligros. Si el soneto habla de Scila y Caribdis y de otros peligros que el mar tiene encubiertos, Perian- dro. Auristela y los demás miembros del escuadrón se enfrentan a bárbaros, islas inhóspitas, cosarios, etc. Como ha señalado Yndu- ráin, en este primer soneto del Persiles se relaciona sentimiento y canto. El soneto, dice este estudioso, «viene a dar realce a una ACTAS V - ACTAS CERVANTISTAS. Carlos MATA INDURÁIN. Algo más sobre Cervantes poe...
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