ebook img

Alfredo FIERRO PDF

30 Pages·2009·1.27 MB·Spanish
by  
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview Alfredo FIERRO

-- Cuadernos de Psicología, 1985, 11, 95-124 Alfredo FIERRO* RESUMEN Se describen y analizan algunas características específicas de la investiga- ción experimental en variables de personalidad, presentando, ante todo, lar diferentes posiciones que estas variables pueden ocupar en un experimento psicológico: como variables dependientes, intervinientes y10 antecedentes. El ejemplo del estudio experimental de la ansiedad sirve para ilustrar esas diferentes posiciones metodológicas. Más allá de la experimentación al uso, quedan ya otros posibles y útiles diseños que, en la medida en que incluyen eventos controlados en parte por el investigador, alcanzan calidad cuasi- experimental: diseños interactivos y de sujeto único. A BSTRAC T Special features in experimental research on personality variables are des- cribed and discussed. Different positions of personality variables in a psy- chological experiment are considered: as dependent, as intervenient, as an- tecedent variables. Research on anxiety is briefly revisited to the purpose of illustration of those methodological positions. Besides the conventional ex- perimentation, there are other designs that have appeared useful in the study of personality: interactional designs and N = 1 designs with events partially under control of the researcher and so, therefore, quasi-experimental de- signs. * Departamento de Psicología, Universidad de Málaga. 96 CUADERNOS DE PSICOLOG~A La pregunta de qué es experimentar en personalidad es, en principio, tan sencilla de responder como la de qué es experimentar en percepción, en aprendizaje o en memoria. No estamos ante una cuestión de naturale- za distinta, específica, singular. En personalidad, como en cualquier otra área de fenómenos, experimentar es traer los fenómenos bajo considera- ción -en este caso, los que entendamos constitutivos delo pertinentes a la personalidad- a situaciones en las cuales podamos efectuar aquellas ope- raciones en que consiste la experimentación: manipulación y control de una o más condiciones empíricas antecedentes, control de otras varia- bles, algún género de medición de los efectos resultantes. La posible sencillez de la respuesta no quita que esta deba supe- rar ciertos prejuicios que, sobre el supuesto de la naturaleza molar y compleja de la personalidad, razonan que esta no constituye objeto idóneo de una psicología experimental. Tales prejuicios, de curso co- rriente en cierta psicología de corte personológico y humanista, han llegado a ser compartidos por algún que otro distinguido representante de la psicología objetiva. Así, CA-ITELL(1 965) juzga que la experimen- tación en sentido propio, la que él denomina univariada o bivariada por analizar cada vez no más de una o dos variables, no ha deparado ha- llazgos importantes o de veras significativos en materia de personalidad; y para esta materia, justo por su complejidad, por el carácter molar de los fenómenos implicados preconiza como apropiada estrategia la que denomina una «experimentación multivariada*, de estudio de mu- chas variables a la vez. Advirtamos, por de pronto, que esta denomi- nación es desafortunada y equívoca al hablar de «experimentación» a propósito de una modalidad de investigación que no reúne las carac- terísticas del enfoque experimental. Dando a cada cual lo suyo, es me- jor llamarla por su nombre: investigación empírica, mas no experimen- tal, investigación multivariada. Este género de indagación trabaja con datos de diverso origen, procedentes de la observación de la conducta en su curso natural, de autoinformes de las personas o de pruebas ob- jetivas de personalidad, y se aplica al análisis multivariado de los mis- mos, principalmente a análisis correlacionales y factoriales; pero, en rigor, no experimenta, no manipula variables antecedentes. Los méritos y los límites respectivos de cada una de estas estrategias de investiga- ción, la propiamente experimental y la de análisis multivariado de la personalidad, han sido discutidos en algunos análisis ya clásicos (CRON- BACH1,9 57; EYSENCK19, 67; BOWERS1,9 73; cf. también CROWNE19, 79). Ahora solo deseo argüir que la complejidad y molaridad de los fenó- ¿QUÉ ES EXPERIMENTAR EN PERSONALIDAD? 97 menos de personalidad en ninguna manera pueden ser utilizadas para disuadir de la experimentación en ella. Molaridad y complejidad no son notas específicas o exclusivas de los fenómenos de personalidad. Todos los fenómenos conductuales o psico- lógicos, también los procesos perceptivos o los de aprendizaje, poseen ambas notas en elevado grado, sin que esto se convierta en óbice de la correspondiente experimentación. Experimentar no es, en absoluto, ma- nejar a la vez la complejidad entera de los fenómenos que se están estu- diando. Antes al contrario, el experimentador, para abordar hechos o procesos complejos, abstrae de ellos y trae a control experimental uno por uno, aisladamente, los componentes que integran las totalidades complejas. Incluso la interacción de esos componentes -en la que segura- mente reside lo característico de los fenómenos de personalidad- es sus- ceptible de ser traída a estudio experimental mediante ese procedimiento de aislamiento y abstracción. Cuando el investigador en percepción ex- perimenta, no manipula la totalidad del proceso perceptivo a la vez. Además, ¿qué sentido podría tener la manipulación global de esa totali- dad? Lo que hace es modificar, controlar las condiciones de los diversos componentes del proceso, uno a uno. Experimentar en personalidad, análogamente, no es manipular e investigar la personalidad como siste- ma complejo, sino más bien abstraer determinadas variables de ese siste- ma, para traerlas, una tras otra, pero separadamente, a la apropiada situación de control experimental. El experimentador, por lo demás, no es un dios o un demiurgo; no posee el poder de crear desde la nada las condiciones que necesita para su investigación. En psicología, más aún que en otras áreas, no tanto crea condiciones experimentales cuanto modifica experimentalmente condiciones o procesos preexistentes sin él. Combatiendo cierta ideolo- gía y mito del experimentador en psicología social, DOISED, ESCHAMyP S MUGNY(1 980) resaltan que su actividad experimental se ciñe a introducir variaciones pasajeras y limitadas, a veces incluso débiles, en procesos y dinámicas ya existentes, pero cuya naturaleza va a mostrarse con mayor claridad gracias a tales variaciones metódicas, experimentalmente intro- ducidas. Su observación, no superflua por obvia, vale con igual funda- mento para la experimentación en personalidad: no es creación ex nihilo de fenómenos de personalidad, sino introducción de variaciones, a veces mínimas, en sus procesos para tratar así de comprender mejor su natura- leza. 98 CUADERNOS DE PSICOLOG~A LAS VARIABLES DE PERSONALIDAD EN LA SECUENCIA EXPERIMENTAL La cuestión de qué es experimentar y cómo experimentar en personali- dad depende, desde luego, de la noción que de esta se adopte. De acuer- do con la conceptuación desarrollada en otro lugar (FIERRO1, 982), por personalidad podemos entender tanto un constructo cuanto un conjunto de fenómenos. De esta doble y básica acepción deriva la complejidad de la cuestión que nos ocupa y que, en cualquier caso, recibe más detallada respuesta especificando qué posiciones pueden ocupar las variables de personalidad en la secuencia experimental. a) En un experimento psicológico, las variables dependientes son va- riables de respuesta. La conducta ocupa, pues, en consecuencia, un lugar de variable dependiente. En la medida en que se considere a la persona- lidad como un conjunto de fenómenos conductuales, como un sistema de conductas, las variables de personalidad pueden ser incorporadas a un diseño experimental, desde luego y por lo menos, en calidad de variables dependientes. b) En los experimentos psicológicos lo que directa e inmediatamente opera o manipula el investigador son acontecimientos físicos con presu- mibles propiedades de estímulo. En la secuencia de eventos en que con- siste un procedimiento experimental las variables independientes son va- riables estimulares. Las variables de personalidad no pueden, en rigor, ocupar el lugar de variables estrictamente independientes. c) A menudo, entre las operaciones efectuadas por el investigador, variables independientes, y las conductas o variables finalmente depen- dientes con cuya medición se cierra el procedimiento experimental, se producen acontecimientos intermedios, ya observados y medidos en sí mismos, ya meramente postulados e inferidos, pero en cualquier caso incorporados a la construcción teórica y a la hipótesis experimental del investigador. Este lugar intermedio, de variable interviniente o de proce- so mediador, es el clásicamente reconocido a las variables y10 procesos de personalidad en la psicología experimental. d) A veces, el experimentador toma muestras de sujetos que, previa- mente a la manipulación experimental, difieren entre sí de manera siste- mática en alguna característica que se presume influyente en los efectos experimentales. Dicha característica, al ser incorporada al diseño de in- vestigación, viene a quedar constituida en verdadera variable anteceden- te -no digamos independiente- del experimento, aunque no activamente operada por el experimentador. También es clásico en psicología experi- mental que variables de personalidad ocupen el lugar de tales variables antecedentes, no activas, sino asignadas. Cabe ilustrar estas tres posiciones posibles de variables -fenómenos o constructos, según el caso- de personalidad con el ejemplo de la ansie- dad, muy apropiado tanto por el cardinal lugar que ocupa en la mayor parte de las teorías de la personalidad, cuanto por la isomorfía de sus acepciones respecto a las del término «personalidad». Pocos conceptos, quizá ninguno, han soportado tanta carga de superestructura teórica so- bre personalidad como el de ansiedad (JENSEN1,9 58). Pocos igualmente le son tan paralelos en la complejidad misma de sus referentes. Concep- tuable ya como un constructo, ya como un fenómeno, ya como rasgo permanente, ya como estado pasajero, bien como un impulso, bien co- mo una respuesta, tanto medible en registros fisiológicos, cuanto suscep- tible de autoinforme (LAMB,1 978; EPSTEIN1, 967), la ansiedad -even- tualmente redefinida en términos de estrés, como tiende a hacerse hoy- es el perfecho dechado de variable de personalidad; y la investigación en ella ilumina, posiblemente mejor que ninguna otra área de estudio, la naturaleza de los procedimientos de experimentación y de los procesos de inferencia en psicología de la personalidad (CROWNE19, 79, p. 27). Por lo demás, ni de lejos intento reseñar lo inabarcable, quiero decir, el inmenso cuerpo de investigación experimental sobre ansiedad; solo ilustrar, espigando de él algunos ejemplos significativos, en qué posicio- nes, dentro del tracto de una situación experimental, pueden alojarse variables, como ella, de personalidad. En esta ilustración, por otra parte, nos van a interesar los paradigmas experimentales en sí mismos, en cuan- to procedimientos formales, y no el acopio de resultados concretos o el cuerpo de evidencias sustantivas adquiridas sobre la ansiedad gracias a dichos paradigmas. UN EJEMPLO: EL ESTUDIO EXPERIMENTAL DE LA ANSIEDAD Posición de variable dependiente Los fenómenos de personalidad -o, si se prefiere, la personalidad en cuanto fenómeno- constituyen fenómenos conductuales. A partir de esta 100 CUADERNOS DE PSICOLOG~A consideración de la personalidad como determinado conjunto o sistema de fenómenos conductuales, las variables de personalidad pueden ser vistas, para empezar, como variables de conducta. No estamos obligados a quedarnos en ese punto de vista, a reducir a él la psicología de la personalidad. Pero, desde luego, en el conductismo más ortodoxo, por personalidad se entienden ciertos conjuntos o patrones de conducta res- pondiente u operante; y, en el ejemplo escogido, por ansiedad se entien- den ciertos tipos de respuesta, de reacción del organismo -respuesta de- finible tanto conductual como fisiológicamente- ante determinada clase de estímulos. Una primera posición que las variables de personalidad, en concreto, de ansiedad, pueden ocupar en la secuencia experimental es, por tanto, la de variables de respuesta, variables dependientes. El diseño de un experimento donde la personalidad -respectivamente, la ansiedad- está en posición de variable dependiente es muy sencillo. El experimentador, como de costumbre, manipula determinadas condicio- nes de estímulo -en el ejemplo, condiciones estimulares potencialmente elicitantes o señalizadoras de reacciones de ansiedad- y observa qué ocu- rre consiguientemente en la conducta manifiesta del sujeto, acaso en sus reacciones fisiológicas, que sea conceptuable como respuesta de ansie- dad, de personalidad. En este enfoque no hay por qué efectuar inferen- cia o postulación alguna sobre presuntos procesos intermedios. Todo es- tá a la vista; todo son fenómenos. La ansiedad o cualquier otra variable de personalidad constituye una variable fenoménica, física, directamente observable y mensurable, así como inmediatamente relacionable con los diversos valores de la variable experimental independiente, estimular, manipulada; constituye asimismo la variable terminal o resultado último del experimento: es observada y medida la ansiedad -u otra variable- como fenómeno relevante en sí mismo y por sí mismo, sin atender ya a otras consecuencias o resultados posteriores que todavía puedan de ahí seguirse. Es la forma más sencilla de experimentación en personalidad. Su única dificultad, común, por lo demás, a todo género de investigación, también no experimental, en esta materia, radica en el problema de la medición de la cualidad de «ansiedad» en las respuestas de los sujetos experimen- tales. Las medidas de la misma suelen obtenerse ya de informes de los propios sujetos ya de registros fisiológicos, pero ni siquiera entre los datos recogidos en estos registros se alcanzan correlaciones perfectas o elevadas, sino solamente moderadas (EPSTEIN1,9 67). Si, en consecuen- cia, autoinformes y10 medidas fisiológicas se toman como indicadores indirectos de un estado interno de ansiedad, esta variable deja, en rigor, de ocupar la posición de variable dependiente -posición ocupada enton- ces por la conducta verbal del sujeto al informar sobre sí mismo o por sus diferentes reacciones fisiológicas- y pasa a lugar de variable postulada, intermedia, inferida a partir de determinadas relaciones entre las condi- ciones experimentales y las variables propiamente dependientes de res- puesta fisiológica y10 de respuesta de autoinforme. Con ello saldríamos del paradigma experimental ahora considerado; lo que, dicho sea de pa- so, revela que los diferentes paradigmas derivados de las sendas posicio- nes experimentales ocupadas por las variables de personalidad se distin- guen entre sí en el concepto y acaso en su presentación didáctica más que en la práctica del experimentador, que, con solo muy leves variaciones de su diseño, hace a la ansiedad pasar de respuesta manifiesta a construc- to o estado inferido, de variable dependiente a intermediaria. De todas formas, el paradigma experimental ahora comentado requie- re, en su simplicidad, que la ansiedad constituya cualidad directa e inme- diatamente medible, operacionalizable, en la variable dependiente, y no estructura o cualidad inferida a través de algún procedimiento de valida- ción de constructo. Es decir, requiere una definición puramente opera- cional, en la que el experimentador decide tomar como ansiedad un de- terminado puntaje en la autoevaluación del sujeto o un determinado patrón en alguna medida fisiológica. Eventualmente, puede el experi- mentador tomar varias de estas medidas a la vez, pero, en ese caso, sin comprometerse en ningúna afirmación que vaya más allá de las medidas mismas. La ansiedad se identifica con alguna o algunas cualidades obser- vables de la respuesta o reacción observada como variable dependiente en la secuencia experimental. Entre los mejores ejemplos de estudios experimentales clásicos sobre ansiedad como variable dependiente figuran los de LAZARUyS c olabora- dores (1962), exponiendo a grupos de sujetos a la visión de un film neu- tro y de un'film productor de ansiedad, este último presentando un ritual sangriento de incisión en el pene en una tribu australiana. La banda sonora del film sobre la incisión ritual fue diferente en las tres distintas condiciones experimentales: texto enfático sobre los aspectos traumáti- cos de la secuencia filmada; narración intelectualizada, tratando de inter- poner despego afectivo (un distanciamiento brechtiano, podríamos co- mentar) respecto a los acontecimientos presenciados; discurso denega- dor del carácter sangriento del ritual, destacando su carácter innocuo y el contexto de festividad en que se desarrolla. En este y en otros estudios 102 CUADERNOS DE PSICOLOG~A posteriores, con ligeras modificaciones del paradigma experimental (LA- ZARUS y ALFERT1,9 64; LAZARUeSt a l., 1965; cf. también BONIS,1 973), la ansiedad es evaluada como variable dependiente en medidas fisiológicas de conductividad dérmica y de ritmo cardíaco en registro continuo a lo largo de la proyección. También como pura variable dependiente ha sido la ansiedad experi- mentalmente estudiada por PAUL( 1966), utilizando como variable ante- cedente ansiógena la situación de hablar en público y obteniendo medi- das fisiológicas y otras de la ansiedad; por GRINGSy LOCKHAR(1T9 63), estudiando los efectos diferenciales de distintos tipos de instrucciones en la disminución de la ansiedad; por PERVIN(1 963) y HOUSTO(N1 972), en- tre otros, manipulando la creencia de los sujetos acerca del control o de la finalización de choques eléctricos y examinando consecuencias de an- siedad en sus respuestas; por LAMB(1 973), comparando los efectos en ansiedad -medida en términos de ritmo cardíaco y de autoinforme- de estímulos tensores de carácter físico (hinchar un globo hasta hacerlo ex- plotar) y social (hablar en público); por BERKUNy otros (1962), some- tiendo experimentalmente a reclutas a situaciones de aparente peligro gravísimo (información de que el motor del avión donde volaban acaba- ba de estropearse, y otras parecidas) y midiendo la consiguiente ansiedad en autoinforme y en la presencia del 17-OH-CS en orina. Análogo, en fin, es el diseño de investigación, no estrictamente experimental, sino de observación de la ansiedad como variable dependiente en contextos na- turales, en EPSTEIN(1 967), al explorar la ansiedad en paracaidistas nova- tos y en veteranos, en distintos momentos anteriores al salto, con medi- ciones de tres diferentes variables fisiológicas y con autoinformes; y en WILLIAM(S1 966), en un estudio de la relación de dependencia de medi- das de ansiedad respecto a la cantidad de alcohol ingerida en una velada. Como expresamente se ha advertido, en muchas de las investigaciones citadas la variable dependiente de ansiedad es medida por procedimien- tos diferentes, a menudo conjuntamente mediante posteriores informes de los propios sujetos y mediante uno o varios indicadores fisiológicos. Ahora bien, estas diferentes mediciones no suelen correlacionarse per- fectamente, sino a veces débilmente unas con otras. Así, datos de EPS- TEIN (1967) muestran que apenas para la mitad de los sujetos hubo corre- laciones significativas (p = 0,Ol) entre las tres medidas fisiológicas por él tomadas. Puesto que la variable de ansiedad no está definida en una medida única, sino en varias, cuando estas manifiestan, y en la medida en que manifiestan débiles correlaciones, surge ya la necesidad de refe- ¿QUÉ ES EXPERIMENTAR EN PERSONALIDAD? 103 rirse a la ansiedad como a un constructo, a una variable hipotética inferi- da a partir de los diferentes indicadores de medida registrados. En este caso, desde la lógica del experimento, las variables propiamente depen- dientes, las que constituyen objeto de medida, son las declaraciones ver- bales de los sujetos acerca de la experiencia padecida y sus reacciones fisiológicas en el curso de esta; mientras que la ansiedad podría ser consi- derada como variable hipotética intermedia entre la manipulación del experimentador y las respuestas verbales o fisiológicas. Sin perjuicio de la anterior consideración, aquí va a comentarse otra posible posición experimental-de la ansiedad: como variable no solo hi- potética -que también lo sigue siend*, sino propiamente mediadora, eficazmente interviniente en las relaciones entre las operaciones del ex- perimentador, variables independientes, y unos efectos experimentales, dependientes, que no son conceptuados ya como ansiedad, o como indi- cadores suyos, sino como otro tipo de fenómeno comportamental. Posición de variable mediadora La diferencia crucial, metodológicamente característica de la nueva posición, estrictamente mediadora, de la ansiedad, con respecto a su posición de mero efecto dependiente, aunque sea no observado en sí mismo sino inferido a partir de indicadores, está en que ahora lo que finalmente mide el investigador en la variable independiente no es ya ansiedad, sino otra cosa: aprendizaje, tasa de ejecución o conducta de evitación. La ansiedad pasa entonces a ocupar una posición antecedente respecto a la variable propiamente dependiente y, puesto que dentro de la secuencia experimental ella misma no es del todo independiente, sino resultante a su vez de las operaciones del experimentador, podemos muy bien representarla como variable medianera o mediatizadora, posible- mente con efectos reales de mediación, y no solo como variable interme- dia puramente transmisora del impacto procedente de la manipulación experimental. En la investigación experimental han sido básicamente dos las funcio- nes mediadoras identificadas en la ansiedad: una, como activación gené- rica o generalizada, impulso que contribuye a determinar una concreta ejecución y10 aprendizaje; otra, como estado específicamente aversivo, o también como indicio señalizador de algún peligro, que elicita concreta- mente entonces un comportamiento de evitación o de escape. Ambas 104 CUADERNOS DE PSICOLOGÍA funciones son, en algún sentido, «energizadoras»y comportan aspectos dinámicos que la ansiedad comparte con otros procesos y variables de personalidad. En el marco conductista de los investigadores de Iowa, la ansiedad fue conceptuada como un drive, como impulso dependiente de ciertas ante- cedentes condiciones de estímulo e influyente a su vez en las característi- cas -tasa, intensidad, duración- de una ejecución. El marco teórico bási- > co está ofrecido por SPENC(E1 948) en su tipificación de los diversos géne- ros de hipótesis, experimentalmente investigables, que pueden relacio- nar «variables orgánicas» -como él dice, donde también podría decir «variables de personalidad- con variables de estímulo y10 de respuesta. La ansiedad es ahí, obviamente, una variable orgánica, cuyos lazos con observables es posible postular. Sin embargo, aun en ese marco, la ansie- dad puede ser incorporada al diseño experimental en dos posiciones muy distintas: una, como proceso actual, realmente mediador entre la opera- ción del experimentador y el resultado conductual terminal; y otra, como característica relativamente permanente de la persona, como variable asignada. Verdad es que, en una u otra posición, como mediadora o como asignada -o, lo que aquí es igual, respectivamente como estado y como rasgo- la ansiedad, sobre todo la intensa, parece producir análogos efectos, el de reducir e inhabilitar un amplio rango de habilidades cogni- tivas (HAMILTO1N9,7 9). Pero, metodológicamente, se trata de posiciones diferentes y por ahora tratamos de ilustrar tan solo su ubicación como proceso mediador y no como estructura estable o rasgo de personalidad. Como estudio clásico de la relación de un proceso mediador de ansie- dad con determinadas tasas de desempeño en animales puede citarse el de ESTESy SKINNE(R19 41), sobre una conducta estándar, la de presionar una palanca, con refuerzo alimenticio intermitente, emparejando a ve- ces, de modo no contingente con la conducta animal, una descarga eléc- trica. La supresión de la respuesta operante es supuesta depender de una respuesta emotiva condicionada conceptuable como ansiedad. Un estu- dio de SARASO(N19 61) con universitarios, además de tomar como varia- ble pertinente, asignada, el nivel habitual -o de rasgo- de ansiedad en los sujetos, introdujo dos condiciones experimentales distintas, de «amena- za» y neutral respectivamente, en las instrucciones previas a la solución de unos problemas de anagramas, con el resultado de que las condiciones interactuaron con el rasgo de ansiedad en los promedios de acierto en dichos problemas. Igualmente, DOERRy HOKANSO(1N9 65) investigaron los cambios en la ejecución en el curso de unas tareas cronometradas,

Description:
ción experimental en variables de personalidad, presentando, ante todo, lar dance responses», Journal of Experimental Psychology 23, pp.
See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.