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Álbum del Grande PDF

176 Pages·2012·6.46 MB·Spanish
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ISBN: 84-609-8031-6 JESÚS M.A J. SANCHIDRIÁN GALLEGO o g Álbum del Grande e l l a G n á i r d i h c n IMAGEN Y FOTOGRAFÍA DE LA PLAZA DE ÁVILA a S J. M.a s ú s e J e d n a r G l e d m u Patrocinan: Colaboran b ESTAMPAS DE LA TIERRA DE ÁVILA 3 l Á P i e d r a C a b a l l e r a HNOS. DELNOGAL FERNANDO ORTEGA AYUNTAMIENTO DE ÁVILA Área de Urbanismo Álbum del Grande IMAGEN Y FOTOGRAFÍA DE LA PLAZA DE ÁVILA Edita: Piedra Caballera, A.C. 05280-Mingorría (Ávila) Telfs.: 920 211 563 - 920 200 362 Documentación, selección gráfica y realización editorial: Jesús M.ª Sanchidrián Gallego E-mail: [email protected] Edición patrocinada por: Antonio y Carlos del Nogal Fernando Ortega HERCESA. www.hercesa.com Impresión: Gráficas VARONA, S.A. Salamanca © De esta edición: Piedra Caballera © Del texto y las fotografías: Jesús M.ª Sanchidrián Gallego Propietarios y autores reseñados Edición:Primera, enero de 2006 Depósito Legal: S. 931-2005 I.S.B.N.: 84-609-8031-6 Impreso en España Printed in Spain JESÚS M.A J. SANCHIDRIÁN GALLEGO Álbum del Grande IMAGEN Y FOTOGRAFÍA DE LA PLAZA DE ÁVILA ÁVILA, 2006 ESTAMPAS DE LA TIERRA DE ÁVILA 3 PIEDRA CABALLERA Sumario 7 Presentación 9 Introducción 11 Cronología histórica y cultural 32 Ilustraciones 44 Fotografías 161 Índice onomástico 169 Índice de láminas Presentación En un nuevo intento por divulgar la historia gráfica de Ávila a través de la imagen y la fotografía nace este libro, dedicado al Mercado Grande, la plaza de Ávila. Son un total de 280 láminas, entre ilustraciones y fotografías, a través de las cuales se enseña la evolución visual de un espacio arquitectónico singular a cuyo alrededor gira la vida de la ciudad. Es a partir de la segunda mitad del siglo XIX cuando la plaza del Grande empieza a ser dibujada y retratada, siendo desde entonces cuando podemos apreciar de primera mano las distintas transformaciones que se producen en este legendario espacio, y las numerosas fotografías que se incluyen en el libro quieren ser entonces testimonio y expresión plástica de cómo ha evolucionado la ciudad a lo lago de los años. La selección de imágenes que se expone a lal mirada se completa con un detallado resumen cronológico de los sucesos o acontecimientos más peculiares que ocurrieron en el Mercado Grande a lo largo de diez siglos. En este apartado se recogen, a modo de citas, una serie de datos interesantes y anecdóticos sobre la evolución histórica, cultural y arquitectónica de la plaza. Su vitalidad y la de las gentes quieren ser la expresión de su identidad. Para un mejor conocimiento de los autores de las ilustraciones y fotografías, se incluye un breve índice onomástico con información biográfica. Con ello se pretende dar a conocer la larga nómina de artistas y fotógrafos que se ocuparon de representar y reproducir la ciudad de Ávila para su disfrute y contemplación. 7 El propósito de este libro no es otro que el de ejercer una labor pedagógica, a través de la imagen, sobre la evolución que ha tenido la plaza del Mercado Grande a lo largo de su historia, lo que se complementa con un guión de hechos más o menos relevantes ocurridos en este emplemático lugar. Bien es verdad, que esta idea, esbozada hace tiempo, se materializa coincidiendo con la reciente reordenación urbanística proyectada por el arquitecto Rafael Moneo, por lo que ahora se pretende también contribuuir a un mejor conocimiento de tan importante intervención, lo que hacemos en el marco de una apuesta decidida por mirar hacia el futuro sin olvidar el pasado. En esta aventura, que sólo procura aumentar la querencia por Ávila y su plaza, hemos querido contar con la colaborción y apoyo de instituciones y asociaciones de lal ciudad, sin ningún ánimo de buscar adhesiones respecto a posibles posturas enfrentadas. Así, como primera aportación al conocimiento de lo que significa la plaza del Mercado Grande, encontramos la realizada por el Ayuntamiento cuando publica el libro Mercado Grande (2003) y cuando demuestra su afán por mñejorar la configuración arquitectónica de la ciudad en sucesivos proyectos y estudios. Por su parte, el Colegio de Arquitectos de Ávila trabaja actualmente sobre la enseñanza y divulgación de la obra de Rafael Moneo, el último artífice que interviene en la plaza. Los amigos del Museo abulense tienen entre sus fines asociativos la realización de actividades de promoción de la Cultura y el Patrimonio Histórico y Artístico, y qué duda cabe que la difusión de este libro es una de ellas. A lo mismo que también quieren contribuir los miembros de la Asociación Fotográfica de Ávila. Finalmente, debemos destacar el interés mostrado en este proyecto de promoción de nuestro patrimonio cultural a través de la imagen por los patrocinadores de esta edición: Antonio y Carlos del Nogal, Fernando Ortega y el grupo HERCESA. Y todo con la esperanza de que iniciativas como la presente entorno a la plaza del Grande tengan su continuidad, pensando ya en una futura exposición de una selección de las fotografías incluidas en el libro, en la presentación de los hallazgos arqueológicos encontrados en las distintas obras acometidas en la plaza que se hallan en el Museo de Ávila, y en la publicación de otros estudios realizados sobre la última intervención urbanística, como la que se prepara por el Colegio de Arquitectos. 8 Introducción Sobre la plaza del Mercado Grande ya tuvimos oportunidad de escribir extensamente un extenso capítulo titulado “Historia, leyenda y tradición. Aproximación cultural a una plaza”, el cual fue incluido en libro Mercado Grande de Ávila. Excavación arqueo- lógica y aproximación cultural a una plaza que el Ayuntamiento de Ávila editó en el año 2003, coincidiendo con las últimas obras de reordenación de la plaza proyectadas por el arquitecto Rafael Moneo. Siguiendo ahora la misma línea de entonces, se completa aque- lla aproximación cultural con el álbum fotográfico de la plaza, lo que se hace ejerciendo una labor de divulgación pedagógica respec- to a tan singular espacio. Del libro citado tomamos de nuevo prestadas las palabras que escribímos, pero enriquecidas visual y gráfi- camente. Con todo, se pretende dar a conocer, por los ojos y la mirada, lo que ha sido la evolución histórica y arquitectónica del Mercado Grande, y por encima de cualquier otra consideración transmitir nuestro amor por una plaza que es el corazón de Ávila. Todos somos el pueblo que por la plaza pasa y en la plaza vive, y debemos contagiar sus valores artísticos, que los tiene, y culturales, que se muestran cada día en multitud de acontecimientos festivos, religiosos y sociales. Al margen debemos dejar polémicas gratuitas y esté- riles, y sin perspectiva técnica o artística, sobre remodelaciones poco entendidas o poco explicadas. La plaza del Mercado Grande, haciendo honor a su privilegiada situación como antesala de la ciudad amurallada, y al mismo tiempo de la nueva ciudad que surgía extramuros, siempre ha sido uno de los espacios físicos más adecuados para el desarrollo de las manifestaciones públicas. Así pues, este es el lugar donde las gentes celebran sus fiestas y entretenimientos, expresan sus motivaciones políticas y religiosas, cultivan sus aspiraciones artísticas y musicales, juegan y se divierten, luchan por sus ideales y reivindicaciones, lloran sus penas y tragedias, engalanan a sus amores, venden y compran una gran variedad de productos, se alegran y hacen plegarias, beben y bailan, llevan a cabo aclamaciones y humillaciones, se dan cita mercaderes y feriantes, se reúnen peregrinos y viajeros, hacen paradas militares y somatenes, realizan pasacalles y procesiones, representan comedias y películas, rezan contra las epidemias y cala- midades, muestran su cultura, montan tenderetes de libros y artesanías, organizan festivales, recrean a los niños, pasean la noche y la resaca, iluminan el cielo con fuegos de artificio, honran a santos y patrones, lucen bodas y comuniones, acogen entierros y nacimien- tos, y corrieron los toros, entre otras muchas actividades lúdicas o deportivas, e incluso pesarosas. Pasear ahora, y también antes, por el Mercado Grande de Ávila es reencontrarse con la plaza de nuestra ciudad y revivir cada momento de su historia, y es que toda la vida por esta plaza pasa. El amplio espacio que configura el antiguo coso surgió como una explanada entre los límites arquitectónicos que dejaron la muralla por el este, la iglesia de San Pedro por el oeste, la iglesia de la Mag- dalena por el sur, y el caserío con soportales por el norte. El origen y la realidad física de la plaza que conocemos se remonta al momen- to de la construcción de los monumentos que la circundan, coincidiendo entonces con los años de la repoblación iniciada en el siglo XI y la construcción de la muralla. 9 En el estudio de la historia de la plaza a través de la imagen conviene destacar sobremanera la importancia de la fotografía y el dibu- jo, pues por su valor documental, además de artístico, la historia se hace más real y más creíble, y se comprende mejor la ciudad por la grandeza de sus monumentos y la humildad de sus gentes. Gracias a los grabados de Van Halen podemos imaginar el bullicio comercial de la plaza en los días de mercado. Por las fotografías de Clifford y Laurent conocemos a la perfección la configuración arquitectónica de la plaza empedrada rodeada, en la fachada que da al sur, con soportales adintelados apoyados en pilares de piedra y viviendas de corredor mal alineadas. A través de estos fotógrafos y de Alguacil, así como del dibujante Parcerisa, hemos podido conocer de primera mano el des- aparecido edificio de la Alhóndiga, además de apreciar las distintas reformas que se suceden en los pocos años en que después se man- tendría en pie. Más aún, toda la vida de la plaza de los últimos ciento cincuenta años ha quedado inmortalizada en bellas imágenes que nos enseñan los cambios realizados en la muralla y la puerta del Alcázar, los vaivenes del templete y la palomilla, el bullicio del mercado, y las manifestaciones festivas y religiosas. Efectivamente, la fotografía es historia y arte, es tradición y leyenda, es geografía y urbanismo, es ciencia y literatura, y es poesía y añoranza, porque la imagen universal es patrimonio de todos, como la plaza. La riqueza colorista y pintoresca del Mercado Grande en días de mercado sirvió para ejemplificar su tipismo en personajes popu- lares. Los sacamuelas, los copleros, y los contadores de historias trágicas escenificadas sobre un cartelón, llamaban la atención de la gente que acudía al mercado. Célebre fue el “tío del arrabel” o “jorobado de Burgohondo” que pintó Chicharro entre dos mujeres ata- viadas con trajes y sombreros típicos. Cela, por su parte, quedó prendado de las enseñanzas de Merejo, limpiabotas y matador de reses bravas. Las impresiones de visitantes y literatos, y de los personajes novelescos de sus obras, así como de pintores, dibujantes y fotó- grafos ofrecen una visión fresca e imaginativa que no puede pasar desapercibida, pues enriquecen sin duda el patrimonio cultural del Mercado Grande, que es Ávila, incluso cuando excepcionalmente el recuerdo se vuelve tenebroso y antipático. Aunque la vida de la ciudad en su devenir cotidiano ha tendido históricamente su centro en los cosos de San Juan o el Mercado Chico, en el coso de San Pedro o el Mercado Grande, y en el coso de San Vicente, el protagonismo mayor es para el Mercado Grande. La plaza del Grande es el punto neurálgico de la ciudad, un lugar mágico con el que se identifican los abulenses, en la media en que siempre ha estado unido a la puerta del Alcázar, al hospital y la iglesia de la Magdalena y sus comedias, a la iglesia de San Pedro, al coso donde se lidiaban los toros y se hacía torneos, a la desaparecida Alhóndiga, al mercado de los viernes, a “La Palomilla”, a los soportales y sus comercios, al cinematógrafo, al templete de música, a las recepciones reales, a los autos de fe y a los ajusticiamientos, a los paseos, a las paradas militares, y a las procesiones, cumpliendo así con el ritual característico de las funciones que tradicional- mente desempeñaron las plazas mayores. Pero la plaza del Mercado Grande, a pesar de su nombre, no es la plaza Mayor de Ávila, ni nunca ha pretendido serlo, porque paradójicamente la plaza Mayor es la llamada plaza del Mercado Chico, unidas ambas por una misma tradición histórica: la de celebrar en el espacio arquitectónico que las configura las transacciones mercantiles y de aprovisionamiento, reuniendo en su entorno el bulli- cio de una ciudad siempre viva. Esto es el mercado, lugar de concentración de mercaderes y gentes de cualquier condición social, reu- nidos para el intercambio de alimentos, productos exóticos y artículos diversos, conversaciones y miradas, experiencias y recuerdos, todo mezclado en algarabía y trasiego. 10

Description:
A la plaza de Santa Teresa llegan los autobuses de la estación, con su cargamento de señoras de luto y capidengue, sus campesinos de caya-.
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