1. INTRODUCCION La alimentación de los bovinos en el trópico depende casi exclusivamente de pastos, y estos muestran una irregular oferta durante cierta época del año. En la época de lluvias pueden resultar satisfactorios para una producción de carne de 500 a 750 g/d y de leche hasta 10 l/d, sin embargo, durante la estación seca su calidad y cantidad se ve seriamente comprometida, constituyendo un material altamente fibroso y pobre en nitrógeno, de tal forma que los animales en crecimiento pierden peso y las vacas lactantes reducen su producción a valores inferiores a 5 l/d (Minson 1990 y Shirley 1986). Para poder desarrollar adecuadamente estos sistemas, se precisa establecer un orden de prioridades en base a las limitaciones existentes, especialmente cuando la oferta forrajera es de muy pobre calidad, destacándose la necesidad de una adecuada suplementación para una función ruminal en equilibrio armónico para la degradación de los alimentos fibrosos y la aportación de nutrientes y energía para el animal (Preston y Leng 1989). En consecuencia, se impone la búsqueda de alternativas de alimentación que no compitan con los humanos, que sea económicamente factible, y que no compliquen el sistema de manejo en las explotaciones, ni signifique riesgos para los animales (Araujo et al. 1994) Para lograr esta alternativa se ha propuesto la utilización de bloques multinutricionales, como una forma económica y segura para proporcionar nitrógeno no proteico (NNP), minerales y otros nutrientes, a rumiantes a pastoreo durante la época seca. Diferentes autores han realizado estudios evaluando consumos con diferentes tipos de suplementación sólida (bloques blandos, bloques duros), encontrando variaciones en el consumo en rumiantes a pastoreo hasta de un 68% (Kendall, 1983). Sin embargo, se ha observado que el consumo de estos bloques tiende a ser muy variable y con valores considerados como relativamente bajos (50-400 g/d), relacionándose las causas de esta variabilidad a diversos factores, como las características de los ingredientes utilizados, palatabilidad, dureza, calidad del alimento, entre otros (Becerra et al. 1990). El presente estudio se llevó a cabo con el propósito de evaluar el efecto de un método de fabricación y compactación manual y mecánico en la dureza de los BMN, el efecto de la dureza en el consumo y de este en la producción de leche así como evaluar la factibilidad económica de la suplementación. 2 2. REVISION DE LITERATURA. 2.1. Dieta alimenticia en el trópico latinoamericano La dieta de los rumiantes se basa fundamentalmente en el uso del recurso pastizal, el cual se encuentra sujeto a las variaciones climáticas que inciden directamente sobre la cantidad y la calidad de los pastos producidos. Durante la época seca los pastos cubren insuficientemente los requerimientos de los animales (Araujo-Febres y Lachmann, 1997). Se afirma que los bloques multinutricionales constituyen una tecnología que ha sido lograda a fin de suministrar los nutrientes esenciales deficientes que se presentan en los rebaños criados bajo pastoreo o alimentados con residuos de cosechas. (Combellas, 1991). Los bloques multinutricionales son considerados como una alternativa eficaz en la alimentación de rumiantes debido al aporte energético – proteico y mineral de alta calidad que mejora rápidamente los procesos reproductivos del organismo animal (Combellas, 1994), (Pirella et al. 1996). La suplementación con bloques multinutricionales (BMN) es una de las estrategias que se utilizan con mayor frecuencia en suplementación de rumiantes que pastorean forrajes de baja calidad. La facilidad de su elaboración, la posibilidad de utilizar materias primas locales y la versatilidad de su manejo, ha incidido el uso de esta estrategia en ganadería extensiva y semi intensiva, en la búsqueda del mejoramiento de las respuestas productivas y reproductivas del rebaño. En los BMN se han utilizado recursos energéticos, proteicos y minerales, siendo desarrollado en la actualidad su uso como vehículo de productos desparasitantes, antibióticos y hongos hematófagos, para el control biológico de parásitos, cuyos efectos dependen fundamentalmente de la concentración de los componentes en el BMN y del consumo animal (Birbe et al., 2006). La variable consumo del BMN es determinante en la respuesta animal, este está influenciado por factores que lo modifican, reportándose los propios del BMN (porcentaje de humedad, tipo y nivel de aglomerante, granulometría, ingredientes, nivel de compactación, técnicas de elaboración, tiempo y tipo de almacenamiento, 3 sabor y olor); los ambientales (temperatura, humedad relativa, viento, época del año); calidad de las dietas bases (forrajes); los factores relacionados con el animal (especie, conducta, acostumbramiento, raza, etapa fisiológica y condición corporal) y los de manejo (tamaño de los potreros, tamaño y distribución de los comederos) y oferta del bloque durante el día (Birbe et al., 2006). Las ganancias de peso de animales alimentados con bloques de sal/urea/melaza fueron iguales a las obtenidas con urea/melaza ofrecidas en forma líquida. (Beames, 1963). A igual conclusión llegaron Alexander et al. (1970). En borregos se observa una variabilidad considerable en el consumo que puede incidir en rendimientos limitados, por lo cual se recomienda un período de adaptación (Lobato y Pearce 1980b). Un ensayo realizado en el Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CNIA) Turipaná, consistió en la realización de observaciones sobre el tiempo de solidificación, dureza de los bloques con diferentes ingredientes y porcentajes, notándose que los dos primeros factores dependen de los niveles de melaza y cal utilizados. (Becerra e Hinestroza, 1990). En otro ensayo se hicieron observaciones sobre el consumo de bloques en cuatro vacas adultas. Tuvieron acceso a los BMN tres horas diarias después del ordeño durante 15 días. El objetivo de éste ensayo fue explorar la posibilidad de inducir el consumo de bloques de urea-melaza a vacas que pastaban en praderas de buena calidad en época de lluvia. Se considera que, a mejor calidad de la pastura, el consumo de bloques disminuye (Sansoucy 1987b; CIPAV 1987). Durante 94 días se midió el efecto de la suplementación con bloques de urea- melaza en la variación de peso vivo y la producción láctea de cuatro vacas mestizas frente a un grupo control de iguales características. El grupo suplementado tuvo acceso al bloque durante tres horas diarias después del ordeño. El resto del día todos los animales pastaron juntos en potreros. Los resultados indican que aún en el período lluvioso, hay una potencial influencia 4 positiva del bloque de urea-melaza en el comportamiento productivo de vacas lactantes durante esta época. (Becerra et al., 1991). Hay que tomar en cuenta que el ensayo se realizó durante la época lluviosa, período cuando normalmente no se espera respuesta marcada a la suplementación. (Sansoucy 1987; Becerra 1989). Por otra parte se ha encontrado que, durante el período lluvioso, bovinos adultos no consumieron bloques que se les ofrecieron a voluntad, ya que cuando la calidad del pasto es alta los animales responderán a la suplementación solo si la presión de pastoreo es alta; esto, a su vez, altera el consumo así como la composición y la digestibilidad del material consumido por el animal (Ruiz, 1984). 2.2. Situación actual de los sistemas de doble propósito en El Salvador En El Salvador en el año 2007, el valor agregado de la producción láctea fue de USD $27,196 millones notándose una leve disminución con respecto a años anteriores, mientras que el valor de importación de producto lácteo fue USD $39,792 millones y el de productos cárnicos de bovinos USD $67,017 millones, lo cual refleja un déficit en la producción interna, (PNUD, 2008). El incremento en los costos de materias primas para alimentación y los escases forrajera son algunas de las determinantes de esta situación. Uno de los principales problemas de la ganadería de doble propósito es la falta de forraje para la alimentación del ganado durante la estación seca y de transición. Esta problemática junto a otros factores como los incrementos de precio en las materias primas para la fabricación de alimentos, mano de obra y otros hacen necesario establecer alternativas para la alimentación animal obtenidas localmente. Los pastos en las regiones centroamericanas crecen rápidamente durante los periodos de lluvia y altas temperaturas; por lo tanto, las plantas contienen niveles elevados de pared celular. El follaje es joven y verde (elevado contenido de nitrógeno, carbohidratos solubles y mayor digestibilidad) sólo durante periodos muy cortos. El valor nutritivo de los pastos disminuye con la madurez y durante las épocas secas, el limitado alimento disponible es bajo en digestibilidad y nitrógeno (Preston y Leng, 1990). 5 2.3. Alimentación básica de los rumiantes en el trópico En las regiones tropicales, los sistemas de producción animal son extensivos y se sustentan en los forrajes nativos o cultivados, cuyo aprovechamiento basado en el pastoreo, nos indica que, son manejados inadecuadamente en cuanto a tamaño del potrero, rotación, fertilización, control de malezas, carga animal y otros, que afectan tanto la calidad del alimento seleccionado como la frecuencia y el consumo de los pastos. Además, el pasto a pesar de ser una fuente alimenticia abundante y barata, es muy limitativo su utilización por los rumiantes debido a su baja digestibilidad (Araque y Escalona, 1995; Leng, 1990; Preston y Leng, 1989), energía y proteína (Araque y Escalona, 1995; Mc Dowell et al., 1983) y minerales (Mc Dowell et al., 1983) repercutiendo negativamente en los niveles de producción. Los recursos forrajeros naturales de los suelos tropicales, son inadecuados e insuficientes como única fuente de alimento para la sostenibilidad de los sistemas ganaderos, especialmente, durante ciertos periodos del año, como en la época de sequía, nortes e inundación, donde no solo la calidad, sino la cantidad de la oferta forrajera, afecta negativamente la producción y reproducción animal (Obispo y Chicco, 1993). El bajo potencial alimenticio de los forrajes tropicales especialmente en sequía, determina la necesidad de ofrecer a los animales un suplemento nutricional de elementos energéticos, proteicos y minerales, con el propósito de que los mismos logren una mayor productividad. Igualmente, los pastos en la época de sequía muchas veces no son suficientes en calidad y cantidad para satisfacer los requerimientos de los microorganismos del rumen (Sánchez y García, 2001). 2.4. Estrategia de suplementación en ganado bovino En nuestras condiciones tropicales el clima, el manejo de los pastos y el rendimiento forrajero afectan la composición mineral de la planta y con ello al animal bajo condiciones de pastoreo. Los animales en estas situaciones no son principalmente productores sino mas bien sirven a muchos propósitos: 6 ahorro, seguro, capital móvil, combustible, tracción, fertilizante, y estatus. Para poder desarrollar adecuadamente estos sistemas, se precisa efectuar grandes cambios en los mismos, con enormes desembolsos, los cuales en la práctica no siempre son implementados por los productores. Cuando todo lo que se tiene para alimentar a su ganado es pasto pobre o residuos agrícolas, se necesita suplementación estratégica, (Cobb, 2002). El factor nutricional, obliga la adecuación de los sistemas de producción y el uso de técnicas de manejo con evaluación y aprovechamiento de otros recursos locales complementarios al pastoreo, (Araque, et al., 2000). Diversos tipos de suplementos son empleados en la alimentación de los rumiantes como heno, ensilaje, excretas de animales, sales minerales, alimentos balanceados comerciales y alimentos balanceados elaborados en las explotaciones agropecuarias, (Tobía, et al.,2000). La suplementación estratégica es una tecnología, que permite la eficiente utilización de recursos disponibles, tanto de la dieta base como del suplemento, contribuyendo sustancialmente al mejoramiento de los parámetros productivos y reproductivos de los rebaños en que es utilizada. En los últimos años se han creado técnicas mejoradas para la alimentación de las ganaderías bovinas, como la suplementación BMN. (Birbe et al. 1996) 2.5. Bloques multinutricionales (BMN) Un BMN puede ser definido como un material alimenticio balanceado, sólido, que provee constante y lentamente al animal nitrógeno, proteína sobrepasante, energía, y minerales (Echemendia 1990). McDowell et al. (1974), lo define como un alimento comprimido en una masa sólida con suficiente cohesividad para mantener su forma. El uso de bloques no es nuevo, Alexander (1978) reporta que, primero en Sudáfrica y luego en Australia, se usaron comercialmente como fuente proteico- energética. En Colombia se usaron bloques de minerales desde los años 60. 7 Los BMN constituyen una tecnología para la fabricación de alimentos sólidos y que contienen una alta concentración de energía, proteína y minerales, principalmente. Son elaborados utilizando urea, melaza y un agente solidificante. En forma adicional, pueden incluirse minerales, sal y una harina que proporcione energía. Generalmente, el uso de los BMN ha sido como una forma de alimentación estratégica durante la época seca, son resistentes a la intemperie y es consumido lentamente por lo que garantiza el consumo dosificado de la urea. (Makkar et al., 2007). Los bloques se pueden elaborar con gran variedad de ingredientes, dependiendo de la oferta en la finca, en el mercado, la facilidad para adquirirlos y el valor nutritivo de los mismos. Se han realizado diferentes ensayos para determinar la cantidad óptima de cada ingrediente para elaborar BMN de excelente calidad nutricional. 2.5.1. Consideraciones importantes en la elaboración de BMN 2.5.1.1. Granulometría de los ingredientes en el bloque La composición granulométrica de la mezcla (proporción en que se encuentran las partículas de diferente tamaño en la misma), afecta la resistencia mecánica (kg/cm2). Mezclando materiales con semillas o partículas de diferentes tamaños, se obtiene una mezcla con un mínimo de huecos y un bloque más denso, por cuanto el arreglo de las partículas entre sí, llena los espacios más uniformemente (Venuat y Papadakis, 1966). Herrera et al., (2005), señalaron que el tamaño y la densidad de los agregados en la mezcla, modifican la densidad y resistencia del BMN. El tamaño de la fibra usada como soporte del bloque, influye en el consumo, fibras de 10 cm, forman un entramado resistente, con bajos consumos animales, mientras que menores de 5 cm, se desagregan con más facilidad (Echemendia, 1990). Zervas et al., (2001) recomendaron el tamaño conveniente de partículas, para BMN artesanales entre 2 y 3 mm, para lograr estabilidad del bloque y facilitar el mezclado y elaboración. Bloques elaborados con componentes muy finos, tienen mayor densidad y resistencia y menores consumos. 8 2.5.1.2. Humedad en la preparación de la mezcla alimenticia En algunos trabajos se considera a la humedad interna de las materias primas y a la melaza como única fuente de humedad para la preparación de los BMN, los niveles de melaza recomendados oscilan entre 20 y 65 %, por lo que la proporción de este elemento, calidad y características físicas, determinan el uso o no del agua en las mezclas para BMN (Birbe, 2006). Este nivel de humedad también va a depender del tipo de ingredientes y su proporción en la fórmula, tamaño de las partículas, forma y grado de molido. Los elementos más finos requieren mayor cantidad de humedad, por su elevada capacidad de absorción y gran área superficial expuesta al ambiente (Birbe et al.,1994). Por otra parte, el agua es un componente cuya presencia es esencial para lograr una buena mezcla entre el aglomerante y el material fibroso, además posibilita el desarrollo de reacciones químicas para el endurecimiento del material (fraguado). El porcentaje de humedad usado en fórmulas de BMN es muy variado. Autores como Hadjipanayiotou et al. (1993), recomendaron porcentajes de agua entre 1,5 y 40 %, con niveles de melaza entre 0 y 40 %. Obispo y Chicco (1993) señalaron 3 % de agua con un nivel de melaza de 25 %. Esta variabilidad se debe también a que no todas las materias primas usadas en el BMN tienen la misma estructura morfológica, igual capacidad de absorción (higroscopía), ni la misma humedad de equilibrio con respecto al ambiente. La variable humedad juega un papel fundamental en aspectos como el mezclado, fraguado, manipulación de la mezcla y elaboración de BMN. El punto óptimo de humedad es de gran importancia para facilitar el manejo de la mezcla alimenticia húmeda y el BMN pueda manipularse y técnicamente lograr consumos animales adecuados. La influencia del agua, se debe a sus características físicas como líquido, ya que afecta la cohesión, succión, contracción, expansión y compactación de los ingredientes de la mezcla (Almagro y Costales, 1983). 9 2.5.1.3. Tiempo y tipo de almacenamiento Mwendia y Khasataili (1990);Zhu y Deyoe (1991); Hadjipanayiotou et al. (1993); Osuna et al. (1996), señalaron la importancia de los cambios en la resistencia de BMN que se producen por el tiempo de almacenamiento. El factor que más influye es la humedad, a través de la pérdida progresiva de la misma en el bloque, aumenta la resistencia del BMN, Hadjipanayiotou et al., (1993), a objeto de minimizar el efecto de la pérdida de humedad, recomendaron recubrir y sellar los BMN en bolsas de material plástico durante el almacenamiento. Sin embargo, autores como Soetanto (1986); Schiere et al., (1987), afirmaron que los BMN artesanales, con la exposición al medio ambiente pierden resistencia, por lo que los consumos animales aumentan. Hall (1980) le asignó mucha importancia a la temperatura y a la humedad relativa ambiental durante el almacenamiento, ya que todo producto alimenticio que contenga semillas, hojas, tallos, etc., es higroscópico y tiene la propiedad de absorber y de exhalar humedad, hasta que se equilibra con el ambiente donde está localizado. Zervas et al., (2001), señalaron que después que los BMN son secados al sol, el contenido de humedad debe estar entre 10 y 14%, que es el más conveniente para el almacenamiento bajo techo. 2.5.1.4. Tamaño del bloque En este punto la bibliografía no señala un tamaño específico para BMN. Sin embargo, Birbe et al., (2005), recomiendan elaborar BMN entre 10 y 12 kg (figura 1), por la facilidad de manipulación, traslado a los potreros a caballo, mula u otros animales de carga, transporte y almacenamiento. Pueden ser manejados por mujeres, ancianos y niños por su bajo peso. Además, aumenta el consumo simultáneo de animales en el tiempo, en un comedero con cuatro BMN de 10 kg c/u (40 kg total), que con dos BMN de 20 kg (40 kg total), por la mayor oferta y mejor distribución de los BMN de menor peso dentro del comedero . Este punto toma mayor importancia, cuando existen en el rebaño suplementado, animales dominantes, de diferentes tamaños, o en rebaños numerosos. 10
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