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Sobre el órgano A. Amezua de los Ingleses de Valladolid PDF

17 Pages·2012·1.11 MB·Spanish
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1 Sobre el desaparecido órgano Aquilino Amezua (1910) del Real Colegio de los Ingleses de Valladolid. Sobre el desaparecido órgano Aquilino Amezua (1910) del Real Colegio de los Ingleses de Valladolid Juan Luis Sáiz Virumbrales. 2012 2 Sobre el desaparecido órgano Aquilino Amezua (1910) del Real Colegio de los Ingleses de Valladolid. 0.-Índice: 1.-Introducción: el hallazgo 2.-El contexto 2.1.-El Real Colegio de los Ingleses-Seminario de San Albano de Valladolid 2.2.-Órgano y música religiosa en Valladolid en los primeros años del S. XX 2.3.-El organero Aquilino Amezua (1847-1912) y su relación con Valladolid 3.-La documentación 3.1.-Los restos del órgano 3.2.-El donante del órgano 3.3.-Sobre la construcción y autoría del instrumento 3.4.-Documentación gráfica: la disposición de la iglesia que generó el órgano 3.4.-Sobre la desaparición del órgano 4.-En torno a las posibles características del órgano 5.-Conclusiones Exterior del Real Colegio de los Ingleses de Valladolid hacia 1910, con la iglesia dominando el conjunto. Juan Luis Sáiz Virumbrales. 2012 3 Sobre el desaparecido órgano Aquilino Amezua (1910) del Real Colegio de los Ingleses de Valladolid. 1.-Introducción: el hallazgo Hace algún tiempo nos llegó el comentario sobre que había existido un órgano del siglo XX en el Real Colegio de los Ingleses de Valladolid y que había sido des mantelado hacia 19701. Ningún dato más conocíamos hasta que, recientemente, viendo los fondos fotográficos del Ar- chivo Municipal de Valladolid, encontramos una fotografía del interior de la iglesia de los In- gleses en la que un órgano era el protagonista. Éste parecía haber sido construido por Aquilino Amezua, pues su aspecto era muy similar a otros instrumentos que conocíamos debidos a este organero, quien además realizó al menos cuatro órganos en Valladolid durante la primera dé- cada del siglo XX. Con los datos que en el presente trabajo aportamos creemos haber probado nuestra atribución. Dado nuestro interés por la obra de Aquilino Amezua, quisimos desvelar el enigma en torno a este instrumento desconocido. A través del Profesor de la E.T.S. de Arquitectura de Va- lladolid D. José Ignacio Sánchez, nos pusimos en contacto con D. Javier Burrieza, historiador y conservador del Real Colegio de los Ingleses, quien, muy amablemente, puso a nuestra disposi- ción el archivo del colegio. En la documentación –no muy extensa- que hemos obtenido en el citado archivo y en algunos otros datos extraidos de distintas fuentes vamos a basarnos en este trabajo, cuyo propósito es dar a conocer la existencia de este desaparecido órgano, obra de Aquilino Amezua (1847-1912), el más notable organero español de su época y cuyo centenario conmemoramos en este año 2012. En el punto 2 vamos a exponer brevemente el contexto en el que fue gestado este desapa- recido órgano. Los temas en él expuestos ya se han desarrollado más ampliamente en otros tex- tos, aunque hemos considerado que este trabajo no estaría completo si no hiciéramos mención de ellos. 2.-El contexto 2.1.-El Real Colegio de los Ingleses-Seminario de San Albano de Valladolid Fue fundado en 1589 por el jesuita inglés Robert Persons como centro de formación, re- gentado por la Compañía de Jesús, de sacerdotes católicos ingleses que regresaran a su país nativo para predicar el catolicismo. El actual edificio, de ladrillo en su mayor parte, fue cons- truido durante el siglo XVII y se organiza en torno al claustro y a la iglesia. Esta última, donde más tarde se encontraría el órgano objeto de nuestro estudio, fue realizada entre 1671 y 1679. Su planta es octogonal, irregular y oblonga, en cuyo eje mayor se colocan enfrentadas la entrada principal y la capilla mayor, estando rodeada de un cinturón de capillas entre los contrafuertes que se comunican con el espacio central por medio de arquerías de medio punto. Se cubre con cúpula, adornada con yeserías, con lunetos y linterna para la iluminación. Posee gran riqueza en retablos y pinturas barrocas, estando considerada como una de las mejores iglesias vallisole- tanas de este estilo. En ella se venera la Virgen Vulnerata, imagen profanada por las tropas in- 1 Comentario que nos hizo el P. Fermín Trueba, S.J., quien no disponía de más datos de ello. Juan Luis Sáiz Virumbrales. 2012 4 Sobre el desaparecido órgano Aquilino Amezua (1910) del Real Colegio de los Ingleses de Valladolid. glesas en Cádiz en 1596 y traída a Valladolid en 1600 para su veneración por los ingleses del colegio, a modo de expiación2. El colegio, tras la expulsión de la Compañía de Jesús de España en 1767, pasó a Patronato Real y, más tarde, fue respetado por la Desamortización de Mendizábal (1835). Actualmente, al igual que a lo largo de su historia, en él se siguen formando sacerdotes católicos ingleses. 2.2.-Música religiosa y órgano en Valladolid en los primeros años del S. XX En 1890 ganaba las oposiciones al magisterio de capilla de la Catedral de Valladolid el alavés Vicente Goicoechea (1854-1916), quien lo desempeñaría hasta 1915. En sus primeros años de maestro de capilla compuso obras en el estilo, con amplias reminiscencias de la ópera italia- na y lo teatral en general, propio y típico de la época. Después, en los años del cambio de siglo, se detectan en alguna obra suya influencias del cecilianismo, que propugnaba una música litúr- gica sin esas reminiscencias teatrales, más sobria, y que conectase con la tradición del canto gre- goriano y la polifonía renacentista. En 1901 era nombrado arzobispo de Valladolid José María Cos y Macho (1838-1919), gran entusiasta de la música religiosa. Por ello, no parece extraño que al año siguiente, 1902, fuera encargado un nuevo órgano para la catedral vallisoletana, dado el mal estado de los dos exis- tentes, encargo que llevó a cabo el organero vasco Aquilino Amezua, entregando el nuevo ins- trumento en junio de 1904. Mientras Amezua construía el nuevo órgano catedralicio, el papa Pío X sacaba a la luz, el 22 de noviembre de 1903, el Motu Proprio “Tra le sollecitudini”, en el que se prohibían las remi- niscencias teatrales en la música litúrgica, se imponía el canto gregoriano y la polifonía renacen- tista o las obras inspiradas en esos modelos como la única música propia para la liturgia y se prohibían o se ponían trabas al uso en la iglesia de instrumentos musicales distintos del órgano. A raíz de esto Vicente Goicoechea, como tantos otros, cambió su estilo de composición y olvidó sus obras anteriores con influencias teatrales. En aquel mismo año, llegaba a Valladolid un joven pero temperamental jesuita, Nemesio Otaño (1880-1956), quien había empezado sus estudios musicales de forma más o menos auto- didacta, “profesionalizándose” en su estancia en Valladolid, pues contó como maestros no sólo con Goicoechea, sino también a compositores de sólido oficio como Jacinto Ruiz Manzanares (1872-1937) o Vicente Arregui (1871-1925), quienes entonces también residían en Valladolid. Otaño, por su arrolladora personalidad, se convirtió en una especie de líder de una especie de grupo que formó con sus profesores y otros personajes, decidiendo firmemente implantar la reforma de la música litúrgica que pedía el Papa. 2 Sobre el Real Colegio de los Ingleses de Valladolid, vid.- BURRIEZA SÁNCHEZ, Javier.-Una isla de In- glaterra en Castilla. (Catálogo de la exposición celebrada en el Real Colegio de los Ingleses de Valladolid). Palencia, V. Me- rino, 2000 y también MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José.-Catálogo Monumental. Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid. Tomo XIV, parte segunda. Valladolid, Diputación Provincial, 1987. Juan Luis Sáiz Virumbrales. 2012 5 Sobre el desaparecido órgano Aquilino Amezua (1910) del Real Colegio de los Ingleses de Valladolid. En 1905, Otaño y su maestro Goicoechea, apoyados por el arzobispo Cos y Macho, sacaron a la luz Edicto y reglamentos sobre Música Sagrada destinado a la Provincia Eclesiástica de Valla- dolid, dando normas para hacer llevar a la práctica el Motu Proprio de Pío X –buscando también lograr una buena enseñanza musical para los seminaristas- y, además alentando la construcción de órganos nuevos, es decir, románticos –sustituyendo si fuera necesario órganos barrocos- cu- yas características sonoras parecían más adecuadas para acompañar masas corales y cantos se- gún el estilo de la época y tal y como pedía el Motu Proprio de Pío X. Un programa similar tenía como fondo el I Congreso Nacional de Música Sagrada celebrado en Valladolid en abril de 1907 y que tuvo como alma máter de nuevo a Nemesio Otaño, iniciandose una serie de congresos simi- lares que se celebrarían hasta 1950 en distintos puntos de la geografía española. El congreso atrajo a nuestra ciudad a músicos de iglesia de todo panorama nacional e incluso internacional y constituyó un gran éxito. Se celebraron varios conciertos de música coral en la Parroquia de Santiago y de órgano en la Catedral, mostrando a los congresistas distintas tendencias musica- les y se debatieron distintos temas en torno a la música litúrgica, siempre ajustándose al Motu Proprio de Pío X. Otaño dejó la ciudad unos meses después del congreso, aunque le semilla puesta por él en colaboración con sus maestros y el arzobispo Cos y Macho fue muy importante y marcó duran- te años a músicos religiosos no sólo de Valladolid, sino de toda España3. 2.3.- El organero Aquilino Amezua (1847-1912) y su relación con Valladolid Sin duda alguna, Aquilino Amezua (1847-1912), nieto e hijo de organeros, fue el construc- tor más importante de España en su época. Natural de Azpeitia (Guipúzcoa), con unos 16 años viajó a Burdeos y París para conocer de primera mano los adelantos que mostraba organería francesa, que en aquel momento estaban empezando a ser conocidos y hasta imitados, a veces con poca fortuna, en España, trabajando con distintos tuberos y organeros durante su formación en París. Es posible que incluso viajara brevemente a Inglaterra en relación con el constructor de órganos Augustus Gern. Hacia 1871, Aquilino vuelve a España, asentándose en Valencia, a donde había emigrado su familia desde Guipúzcoa. Construyó una serie de instrumentos en la región valenciana en la década de 1870 y en 1881 trasladó sus talleres a Barcelona, de cuya am- plia actividad merece reseñarse el gran órgano de cuatro teclados y pedalero que construyó para la exposición universal celebrada en la ciudad condal en 1888, que usaba, de manera casi inédita en España, el sistema de tracción de notas eléctrico. De este modo, Amezua colocó la organería española, atrasada durante buena parte del siglo XIX, en una posición a la par con respecto a lo que se hacía en el resto de Europa. 3Sobre el tema desarrollado en el punto 2.2, vid.- AIZPÚRUA, Pedro.-La aparición del órgano romántico en Valla- dolid en Nassarre, Revista Aragonesa de Musicología. Vol. 12, nº2, 1996. ELIZONDO, Esteban.-Nemesio Otaño, principal impulsor del órgano en España en la primera mitad del siglo XX. Azcoitia, Ayuntamiento, 2008. LÓPEZ- CALO, José.-Nemesio Otaño, S.J. Medio siglo de música religiosa en España. Madrid, Instituto Complutense de Ciencias Musicales, 2010. SÁIZ VIRUMBRALES, Juan L.-Quintín Rufiner (1871-1956): biografía y análisis de la obra de un modesto organero vallisoletano. Valladolid, Maxtor, 2011. VIRGILI BLANQUET, Mª Antonia.-La música en Valladolid en el siglo XX. Valladolid, Ateneo, 1985. Juan Luis Sáiz Virumbrales. 2012 6 Sobre el desaparecido órgano Aquilino Amezua (1910) del Real Colegio de los Ingleses de Valladolid. El órgano de la exposición de Barcelona consagró a Amezua como el constructor español más importante de la época, realizando a partir de entonces órganos no sólo para diversos luga- res de España (con hincapié en las provincias vascas y Navarra), sino llegando incluso a colocar importantes órganos suyos en Filipinas y Colombia. En 1897 traspasó sus talleres barceloneses a su discípulo Lope Alberdi, tras haberse establecido en Guipúzcoa, concretamente en Azpeitia y Pasajes. En 1903 terminó el órgano más grande de su carrera, realizado para la Catedral de Sevi- lla, y durante la primera década del siglo XX surtió de órganos a otras catedrales, aparte de la sevillana, como las de Valladolid, Santander u Oviedo. En enero de 1912 formó sociedad con sus discípulos Leocadio Galdós y Luciano Caucual bajo la firma “A. Amezua y Cía.”, seguida por estos dos discípulos tras la muerte del maestro en aquel mismo año. Por lo tanto, cuando en el verano de 1903 Amezua presentó su proyecto para la construc- ción del nuevo órgano para la catedral de Valladolid, era un organero ya maduro y consagrado. El cabildo debió de tener esto en cuenta y es posible que Amezua les expusiera también otra de sus obsesiones: la protección de la industria nacional frente a lo que el consideraba invasión de instrumentos foráneos, llegando a declarar en algunos textos suyos que los órganos extranjeros eran “malos y caros” y que impulsar la compra de órganos de esta procedencia era “antipatrióti- co”. Amezua logró monopolizar la construcción de órganos en Valladolid durante la primera década del siglo XX y tuvo un papel importante en el I Congreso Nacional de Música Sagrada, de- finiendo el órgano romántico o incluso posromántico, como el que él construía, con gran profu- sión de fondos de 8 pies, como el más adecuado a la liturgia y desatando protestas el que se pidiera, en el citado congreso, incluir la recomendación de su fábrica de órganos en el Boletín eclesiástico. Amezua construyó en esos años, aparte del colocado en los Ingleses, cuatro órganos en Valladolid. Esto lo interpretamos como un reflejo del ánimo que había en aquel momento en la ciudad por impulsar la música religiosa obedeciendo al Motu Proprio, algo por lo que trabajaba el grupo de músicos del hemos hablado en el punto anterior. Los órganos realizados por Aquilino Amezua en Valladolid, aparte del que nos ocupa, son los siguientes: -Catedral Metropolitana. Inaugurado el 23 de junio de 1904. Dos teclados y pedal, 18 juegos4. -Parroquia de Santiago. Inaugurado el 19 de febrero de 1907. Dos teclados y pedal, 16 juegos5. 4 Colocado en el costado del lado de la Epístola del coro bajo de la Catedral reaprovechando la fachada de finales del S. XVIII del anterior órgano. Desplazado a su actual ubicación en 1928, tras el desmantelamiento del coro bajo y ampliado en 1933 con un tercer teclado manual y nuevos juegos en las restantes divisiones por Leocadio Galdós, discípulo de Amezua. 5 Reformado en 1947 y otra vez en 1976, sustituyendo varios juegos intentando acercar su estética sonora a la del órgano neoclásico. Juan Luis Sáiz Virumbrales. 2012 7 Sobre el desaparecido órgano Aquilino Amezua (1910) del Real Colegio de los Ingleses de Valladolid. -Iglesia de El Sagrado Corazón (PP. Jesuitas). Inaugurado el 29 de mayo de 1907. Dos teclados y pedal, 12 juegos6. -Iglesia del Colegio de la Compañía de María. Inaugurado el 12 de septiembre de 1908. Dos teclados y pedal, 12 juegos. Como vemos, los cuatro tenían unas características básicas bastante cercanas y tampoco eran demasiado diferentes en cuanto a número de juegos7. 3.-La documentación 3.1.-Los restos del órgano Como ya hemos dicho antes, el órgano que nos ocupa fue desmantelado hacia 1970. Sólo se conservan, según parece, el escudo que remataba la fachada y una placa que debía de estar adosada a la caja del órgano8. Ambos se encuentran ahora en la escalera principal del colegio. La placa, traduciendo del latín, dice así: Orad por el bien del Caballero de [la Orden Pontifical de] San Gregorio Edmund Granville Ward, benefactor de este colegio, cuyos regalos, muchos y grandes, recuerda con agradecimiento esta Alma máter. Año del Señor de 1915. 9 El escudo debe de ser, por ello, de este mismo caballero, quien fue el donante del órgano, según aparece también referido en la documentación que hemos hallado, como luego veremos con más detalle. 3.2.-El donante del órgano No demasiada información hemos encontrado acerca de Edmund Granville Ward, Esqui- re. Nacido en 1853 y fallecido en 1915 (fecha que debe de conmemorar la placa que estaba ado- sada al órgano), era hijo primogénito de William George Ward, converso al catolicismo. Al mo- 6 Reformado en 1972, sustituyendo dos juegos. 7 Sobre el tema desarrollado en el punto 2.3, vid.- AIZPÚRUA, Pedro.-La aparición del órgano romántico en Vallado- lid en Nassarre, Revista Aragonesa de Musicología. Vol. 12, nº2, 1996. ELIZONDO, Esteban.-La organería romántica en el País vasco y Navarra (1856-1940). Bilbao, Servicio editorial de la Universidad del País Vasco, 2002. ELIZONDO, Esteban.-Nemesio Otaño, principal impulsor del órgano en España en la primera mitad del siglo XX. Az- coitia, Ayuntamiento, 2008. LA LAMA, Jesús Ángel de.-El órgano en Valladolid y su provincia. Catalogación y estu- dio. Valladolid, Caja de Ahorros Provincial, 1982. SÁIZ VIRUMBRALES, Juan L.-Quintín Rufiner (1871-1956): biografía y análisis de la obra de un modesto organero vallisoletano. Valladolid, Maxtor, 2011. También es de gran in- terés, para la figura del Amezua, el blog que está desarrollando J. Sergio del Campo Olaso: El organero Aquilino Amezua (1847-1912), verdades y mentiras: aquilinoamezua.blogspot.com.es 8 Agradecemos esta información a D. Javier Burrieza. 9 Orate pro felici statu Edmundi Granville Ward. Scti. Gregorii Equitis, hujus Collegii Benefactoris, cujus munera, magna et multa grato animo, Mater Alma memorat. Anno Domini MCMXV. Traducción del autor. Juan Luis Sáiz Virumbrales. 2012 8 Sobre el desaparecido órgano Aquilino Amezua (1910) del Real Colegio de los Ingleses de Valladolid. rir éste en 1882, su hijo Edmund Granville heredó su fortuna, que incluía tierras en la isla de Wight, al sur de Inglaterra10. El nombre de Edmund Granville aparece asociado al del Monasterio de Douai, en el norte de Francia, donde se hallaba establecida una congregación de benedictinos ingleses, cuyos propósitos de predicar el catolicismo en Inglaterra y luchar contra el anglicanismo son muy simi- lares a los del Colegio Inglés de Valladolid. Granville, en 1895-96, construyó un nuevo claustro, biblioteca y otras dependencias para el monasterio a sus expensas (con un coste total de unas 10.000 libras esterlinas), pero, al igual que ocurrió con todas las casas religiosas establecidas en Francia, la abadía fue expropiada por el Estado en 1903, trasladándose la congregación a Woolhampton (Berks- hire, Inglaterra), donde continúa en la actualidad. Pero, al parecer, la donación más celebrada de Granville a Douai fue una colección de ropas litúrgicas, de gran belleza. Esto respondería al carácter de Granville, apasionado por la liturgia y de excéntrico carácter, tal y como le describe su hermano Wilfrid Ward: Todos sus gustos eran eclesiásticos. Pero los gustos eclesiás- ticos no constituyen una vocación, y en Edmundo eran sólo gustos. Él jugaba en la iglesia de niño – y continuó jugando en ella de adulto.11 Al parecer, le entusiasmaba viajar por conventos y colegios y asistir a elaboradas liturgias: Vestido, siempre que fuese posible, con sobrepelliz o mejor El escudo que coronaba la fachada del aún, con capa pluvial, Edmund podía estar alrededor de los órgano y la placa que conmemora al sacerdotes como maestro de ceremonias o entonar él mismo donante, únicos restos conservados del los salmos en las Vísperas.12 instrumento. 10 Sobre Granville, hemos encontrado dos referencias bibliográficas: SCOTT, Geoffrey (editor).- The English Benedictine Community of St Edmund King and Martyr. Paris 1615 / Douai 1818 / Woolhampton 1903-2003. A Cente- nary History, Worcester, Stanbrook Abbey Press, 2003 y BURNS, F.C.-The Catholic who’s who. Yearbook 1908. Londres, Burns & Gates, 1908. Ambos están disponibles en internet. 11 “All his tastes were ecclesiastical. But ecclesiastical tastes do not make a vocation, and with Edmund they were just tastes. He had played at Church as a child – he continued to play at it as a man.” Recogido en SCOTT, Op. cit. 12 “Dressed whenever possible in a surplice, or better still, a cope, Edmund would hover round the priests as master of ceremonies, or himself intone the psalms at Vespers.” Recogido en SCOTT, Op. cit. Juan Luis Sáiz Virumbrales. 2012 9 Sobre el desaparecido órgano Aquilino Amezua (1910) del Real Colegio de los Ingleses de Valladolid. Precisamente, en un discurso en Douai en enero de 1894, Granville recomendó el cultivo del canto gregoriano13. No sabemos ni cómo ni cuándo se vincularía al Colegio de los Ingleses de Valladolid. Debió de ser en los primeros años del siglo XX, pues en el legajo de su correspondencia que se con- serva en el archivo del colegio, existen cartas dirigidas a él de los rectores y otros responsa- bles del mismo desde esos años hasta su muer- te. Sabemos, por esas cartas, que residió du- rante algunas temporadas en el colegio y tam- bién en Boecillo (Valladolid). En 1906 ya debía de ser una persona querida en determinados círculos vallisoletanos, pues en el mismo lega- jo se conserva un himno a él dedicado en esa fecha14, cuya música compuso Segundo Mila- gro, organista de la Catedral de Valladolid durante las dos primeras décadas del siglo y que inauguró el órgano construido por Ame- zua para la seo en junio de 190415. Desde luego, vista su pasión por la litur- gia y por la música, no sería nada arriesgado suponer que Granville conocería bien el mo- vimiento que existía en Valladolid en torno a La portada del himno dedicado “al ferviente cató- la música litúrgica a través del Motu Proprio de lico Lord Edmundo Granville”. Pío X y los nuevos órganos que estaba insta- lando en la ciudad Aquilino Amezua. Tampo- co parece difícil que asistiera al ya mencionado I Congreso Nacional de Música Sagrada. 13 SCOTT, Op. cit. 14 “Al ferviente católico Lord Edmundo Granville. Himno que le dedican sus amigos. Letra P. Gobernado. Música S. Mila- gro”. La partitura posee tres páginas, es para voz y teclado (podría ser armonio) y está fechada en Valladolid el 12 de enero de 1906. La letra dice así: “Cantemos alegres la franca amistad que reina en las almas que saben amar [bis] Gloria, Gloria, repitan mil ecos entonando sublime canción Gloria al insigne católico que es amante de nuestra Nación Viva, viva, quam plurimos annos Lord Edmundo, Cristiano adalid Que desprecia el orgullo mundano y a Dios sólo desea servir. Ad multos annos con emoción, cantemos que viva la Religión”. Archivo del Real Colegio de los Ingleses de Valladolid (en adelante, ACSA), caja 106.04 15 SÁIZ VIRUMBRALES, Juan L.-Quintín Rufiner (1871-1956): biografía y análisis de la obra de un modesto organero vallisoletano. Valladolid, Maxtor, 2011. Juan Luis Sáiz Virumbrales. 2012 10 Sobre el desaparecido órgano Aquilino Amezua (1910) del Real Colegio de los Ingleses de Valladolid. 3.3.-Sobre la construcción y autoría del instrumento Hemos hallado algunos testimonios que nos hablan de la vida musical del Colegio de los Ingleses en esos años. Así, el 7 de abril de 1907, con motivo del “Silver Jubilee” del entonces rec- tor, Thomas Kennedy (1858-1911, rector a partir de 1906), se montó en el colegio una ópera có- mica adaptada de la opereta “Patience” de Gilbert y Sullivan, muy popular en Reino Unido. Al día siguiente se cantó en la liturgia Misa en Mi Mayor de August Löhle (1852-1919) y después se ofreció un concierto de música ligera por la orquesta del colegio16. Precisamente, en la publici- dad del mismo, se sugería a los potenciales alumnos que llevasen un instrumento musical “por- table” en caso de tenerlo, como flauta, violín…17 Comparación entre la vista hacia los pies que ofrecía la iglesia de los Ingleses a mediados del siglo XX, con el órgano y la sillería, y la vista actual del mismo espacio. 16 Folleto con el programa de esta fiesta. ACSA, Serie III, L.13. Juan Luis Sáiz Virumbrales. 2012

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Sobre el desaparecido órgano Aquilino Amezua (1910) del. Real Colegio de los Ingleses de Valladolid. Juan Luis Sáiz Virumbrales. 2012. 1. Sobre el
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