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Sindicalismo campesino. Ayer, hoy y mañana (Bolivia) PDF

70 Pages·1980·11.852 MB·Spanish
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S I N D I C A L I S MO C A M P E S I NO AYER HOY Y MAÑANA CIPCA por Gregorio Iriarte y Equipo CIPCA. CENTRO DE INVESTIGACION Y l'Kf >N< x: U iN IH-:i. CAMPESINADO LA PAZ Calle Sa;>.:! i n .I>-..I A/'), ? " piso Casilla '•>'<'>'*-i Teléfonos U, 1V»(> id()')A7 COCHABAMBA Calle Fn I sin i iill'il Casilla Teléfono 1 / (V> ; SANTA CRUZ Calle Ay.irurlm »>'• Casill ;i V> 1 Teléfono •|»'»M'> Cuaderno de Investigación N° 21 Derechos Reservados Deposito Legal 073-80 CHARAGUA La Paz, Abril 1980 I N D I CE Pag. PROLOGO a la primera edición 1 PROLOGO a la tercera edición 3 PRIMERA PARTE: HISTORIA DEL SINDICALISMO CAMPESINO 5 1- Opresores y Oprimidos 7 2- Marco Histórico 10 3- El Primer Sindicato Campesino: Ana Rancho 14 4- Huelgas Campesinas 24 5- Primer Congreso Campesino Nacional y los Decretos de Mayo de 1945 27 6- Sublevaciones Indígenss de 1947 31 7- La Revolución Agraria (Abril 1952 - Agosto 1953) 36 8- La Reforma Agraria 44 9- Decadencia del Sindicalismo Campesino 50 10- El Sindicalismo Campesino y los Gobiernos Militares 1964 -1979 55 11- La Lucha por la Independencia y Unidad Sindical, 1978 - Í979 63 SEGUNDA PARTE: CARACTERISTICAS DEL SINDICALISMO CAMPESINO EN BOLIVIA 75 12- ,Aspectos Originales del Sindicalismo Campesino 77 13- Características del Sindicalismo Campesino a Nivel Comunitario 79 14- Hay que Acabar con el Sindicalismo "Amarillo" 89 TERCERA PARTE: EL SINDICALISMO COMO INSTRUMENTO ÓE LIBERACION CAMPESINA " 15- <¡Qué es el Verdadero Sindicalismo Campesino? 99 16- Los Sindicatos y la Política 104 17- La Unidad del Sindicalismo Campesino como Prioridad ljll 18- Tareas Actuales del Sindicalismo Campesino 119 BIBLIOGRAFIA RECOMENDADA 125 CUADROS No. 1— Evolución de las Organizaciones Sindicales Campesinas 1969-1979 129 No. 2— Relaciones entre Sindicatos Campesinos y Partidos Políticos 1969-1979 130 No. 3— Autoridades y Coordinadores del Pacto Militar Campesino 131 No. 4— Concepción Correcta del Sindicalismo Campesino 132 No. 5— La Unidad Sindical en torno a la C. O. B. 133 . No. 6— Los Sindicatos y los Partidos 134 PROLOGO A LA PRIMERA EDICION El presente trabajo no pretende ser una obra de investigación sobre los orígenes o la constitución intrínseca del Sindicalismo Campesino en Bolivia. Su finalidad es pedagógica y dentro de ese marco hemos queri do encuadrar tanto el nivel del vocabulario como el de la investigación. Al comprobar las graves deficiencias internas y externas que coar tan y hasta anulan las posibilidades reales del Sindicalispw Campesino, hemos querido presentar, en apretada síntesis histórica, lo que ese mis mo Sindicalismo fue un día no muy lejano para que sea la historia quien nos enseñe lo que puede y lo que debe ser en el futuro. Todo Sindicalismo, por el mismo hecho de serlo, presenta unas op ciones muy limitadas en un proceso de liberación integral. Sin embargo las luchas por conquistas de tipo reformista, sobre todo cuando van acompañadas por un proceso profundo de formación, pueden ser una especie de antesala que prepare al pueblo hacia ideales más altos con organizaciones más adecuadas y en sistema de lucha más eficaces. La presente publicación va dirigida hacia ti, campesino boliviano, depositario de tantos valores culturales, héroe anónimo de tantas lu chas y objeto de tantas y tan injustas opresiones y humillaciones. No es un trabajo terminado. Apenas es un incipiente esfuerzo en la gran obra de reconstrucción ideológica y organizativa que el propio cam pesino debe hacer de su movimiento sindical. Es un pequeño desafío a esa prioritaria labor que el campesino debe realizar: tomar en sus manos de nuevo ese gran instrumento de liberación que se volvió ine ficaz desde el momento en que su dirección les fue arrebatada de su propio control. 1 Para ello el campesinado debe analizar su pasado histórico como fuente de inspiración, debe revisar con espíritu crítico la deporable situación sindical actual, debe esclarecer los criterios que le ayuden a distinguir acertadamente quiénes son sus verdaderos enemigos de clase, debe clarificar y elaborar su propio pensamiento, reorganizar sus cuadros sindicales, especificar sus métodos de lucha y. lanzarse. hacia una acción conjunta, eficaz e integralmente liberadora. Un sindicalismo auténtico, libre y renovado no llevará automá PROLOGO A LA ticamente a la liberación total del campesinado, pero puede ser un medio muy eficaz para que desde él se generen otros movimientos TERCERA EDICION y una mayor toma de conciencia tanto de sus derechos personales como de sus derechos colectivos a poseer organizaciones propias La primera y segunda edición tuvieron una gran acogida entre que velen, promuevan y luchen por sus intereses económicos, po dirigentes campesinos y público en general. Por otra parte, las circuns líticos y culturales. tancias del país han cambiado notablemente desde entonces. Sindicalis- Este modesto trabajo no hubiera sido posible hacerlo sin la "mo campesino se había publicado inicialmente en una época en que los previa investigación y los aportes personales de muchos amigos. Vaya • sindicatos genuinos estaban perseguidos y prohibidos, y en que el Pac- mi agradecimiento de un modo muy especial para numerosos campe •,to Militar Campesino, como instrumento de manipulación del campe- sinos, que tanto en cursillos como en conversaciones privadas, han sa " tinado, estaba en pleno auge. En cambio ahora se ha reestructurado un bido orientarme hacia una mayor comprensión de su organización sin sindicalismo campesino independiente y, gracias precisamente a la lucha dica! con admirable sencillez y con agudo sentido crítico. Vaya tam &4esde las organizaciones de base, hay una mayor libertad para seguir bién mi gratitud para Luis Antezana Ergueta y Hugo Romero Be- ^.organizándose. Por todo ello hemos considerado necesario presentar dregal por su meritorio trabajo de investigación y recopilación pu ahora una tercera edición completamente renovada. Esta nueva ver blicado por el Servicio Nacional de Reforma Agraria bajo el títu sión ha sido resultado de las discusiones del autor con el equipo de lo de "Reforma Agraria en Bolivia-, Historia de los Sindicatos Campe CIPCA, y de la experiencia ganada en estos cinco años. sinos en Bolivia", que ?ne ha servido de base para el resumen histórico. Igualmente quiero expresar mi más profundo agradecimiento a los ex En la parte histórica hasta 1971 los cambios introducidos buscan celentes amigos y especialistas en la materia, Jorge Dandler y Xavier hacer más fácil y lógica la lectura. Se han añadido además capítulos Albo por sus valiosas aportaciones tanto en la constatación de los he completamente nuevos sobre los acontecimientos más importantes chos como en su interpretación. de los últimos, años. La segunda y tercera partes sobre lo que es el sin dicalismo y sus tareas ^actuales, han sido del todo rehechas, para res- La Paz, noviembre 1974 ; ponder a las nuevas necesidades surgidas en el presente. —ooo— Hemos mantenido el mismo estilo de las ediciones anteriores, pro curando la exactitud de los hechos y conceptos, pero evitando un esti lo académico, supuesta la finalidad pedagógica de la publicación. Para profundizar aspectos más importantes, CIPCA ya ha publicado otros cuadernos como el número 7, que relata la historia de los sindicatos en el Norte de Potosí, el número 9, sobre los primeros sindicatos de 2 Cochabamba en la época del MNR, y el número 19, sobre la historia sindical de Achacachi. En las notas bibliográficas remitimos también otras publicaciones de interés para complementar el texto. Está ade- , más en elaboración un libro que presente en conjunto toda la histo ria detallada del sindicalismo campesino en el pats, y una serie de ma teriales populares sobre los mismos temas. Esperamos que de esta for ma contribuimos no sólo a un mejor conocimiento de nuestra realidad sino también y principalmente a una mejor formación de dirigentes y bases en la importante tarea de todos ustedes, compañeros campesinos-, tomar las riendas de su propia historia. La Paz, 2 de agosto de 1979 PRIMERA PARTE HISTORIA DEL SINDICALISMO CAMPESINO 4 1. OPRESORES Y OPRIMIDOS La propiedad de la tierra permitió a los latifundistas bolivianos explotar ilimitadamente la fuerza de trabajo del indio. El trabajo no era munerado. En casos muy excepcionales se pagaba en especie. Hasta ,1953 la forma de relación laboral entre el hacendado y los peones tie- e caracteres típicamente pre-capitalistas. El abastecimiento se hará pánicamente por el sistema de "pulpería". Teniendo a su disposición el trabajo gratuito de ios indios, los ha- sndados no necesitaron mecanizar el campo. Según estadísticas de 1950, en Bolivia había en ese tiempo más ^de 32 millones de hectáreas de propiedad rural de las cuales se cultiva- í*1san 654.000 hectáreas, es decir, solamente el 2 o/o de la tierra. El '|$8 o/o restante quedaba baldío. Más del 95 o/ó de esas propiedades ¿.fueron conseguidas por los patrones mediante el fraude, la venta forzo- a precios irrisorios, el despojo, o en pago a favores políticos. r Estos hacendados eran poderosos económica y políticamente. De h la concentración de la tierra en pocas manos surgió la organización po lítica, militar y jurídica del país. Un grupo de familias que significaban j menos del 2 o/o de la población acaparaba el 91 o/o de la tierra de la branza y de pastoreo. (1) El hacendado latifundista o "gamonal" constituyó hasta 1953 u- Bedregal, Guillermo. 1973. Estructura y conciencia sociales en el capitalismo dependiente. Lima: CIES, p.42. 7 na clase social estable y asentada sobre la propiedad de la tierra, explo iios podía tener varios pongos que lo sirvieran al mismo tiempo y tada en condiciones de atraso y sin inversión de capital. Se apropiaron jue podían ser alquilados a otros patrones. La mujer del pongo te- u'a también la obligación de someterse a este bochornoso sistema en ca no sólo de la tierra sino también del trabajo y de la vida misma del in lidad de mitani. Debía también concurrir a la casa del patrón por pe dio. El poder absoluto sobre la tierra y sobre el indio les dio un consi ríodo igual al de su esposo para prestar servicios gratuitos como cocine derable poder político. Unas veces como conservadores, otras como re ra o sirvienta. publicanos, la casta latifundista boliviana nucleada en torno a podero sas familias de La Paz, Cochabamba y Sucre ejerció su dominio en per Las formas de explotación de los indios eran múltiples y recibían petua alianza con los enclaves mineros del imperialismo, manteniendo os más variados nombres según el servicio que debían realizar: sema- sus sistemas de explotación atrasados y explotando en forma plena a la tero, mulero, islero, awatiri y otros trabajos más específicos como fuerza productiva representada por los siervos indígenas. Constituían jasichaku, waylleo, muk 'eo. ' La expresión más aberrante del poder una clase ociosa, parasitaria y defraudadora. El patrón vivía en las ciu absoluto-de los hacendados era la denominada derecho de pernada por dades o pueblos, desde donde se trasladaba a su hacienda solamente en [el que muchos oatrones abusaban sexualmente de cualquier muchacha la época de cosecha con fines de control y diversión. Generalmente ex campesina de su latifundio antes de que contrajera matrimonio. (2) plotaba la tierra por medio de mayordomos o concediéndola eh loca ción o arrendamiento. Un grupo reducido de campesinos (menos de un 5 o/o) eran |rrendatarios y pagaban, además del trabajo personal, una renta en di- fero según la extensión del campo. En algunas regiones, como en los La clase campesina boliviana quechua y aymara constituía, tanto falles de Cochabamba debido sobre todo a la densidad de la población, entonces como ahora, la gran mayoría del país. De acuerdo al censo de luchos campesinos lograron independizarse de la hacienda arrendando 1950, el campesinado boliviano estaba constituido por más de dos mi ierras. llones. Las relaciones de producción que predominaban en el campo e- ran típicamente feudales. Una parte de la tierra, la principal, pertene La mortalidad infantil alcanzaba cerca del 80 o/o. La edad prome cía a la hacienda del propietario y otra más pequeña y de peor calidad la entregaba a los campesinos. Esta pequeña parcela, que en algunos lu tió de los campesinos no pasaba de los 35 años. El analfabetismo llega- gares no llegaba a los 200 metros cuadrados, de acuerdo a las regiones a una tasa superior al 95 o/o de la población. Las poblaciones indí tomaba el nombre de sayaña, pegujal, melga, huasipungo, arriendo, genas estaban totalmente marginadas económica y políticamente, aisla- etc. Servía para el cultivo y edificación del rancho y reportaba para el las de los caminos al mercado y al ejercicio de los derechos más ele- campesino la obligación de trabajar gratuitamente en las tierras de la tentales de la persona humana. La clase privilegiada asentaba su poder hacienda por el lapso de varios días a la semana (fluctuaba entre 3 y 5, >bre este esquema de brutal sojuzgamiento. pero en algunas regiones llegaba hasta 6 días). El campesino debía pro porcionar al mismo tiempo animales y aperos de labranza, sin remune La Reforma Agraria dictada el 2 de agosto de 1953 puso fin a es- ración o con remuneración en especie; debía prestar servicios persona ominoso sistema de explotación destruyendo el poder económico a- les; proveer de abonos, gallinas, huevos, animales de carga, pagar el im imulado de los terratenientes y liquidando toda forma de servidumbre puesto catastral con una parte de los productos, etc. srsonal. El trabajo gratuito obligatorio de los indios recibía diversos nom bres según los trabajos que debían realizar. El más común era el pon gueaje. Cada campesino en calidad de pongo debía concurrir como mozo de mandados a la casa que el patrón tenía en el campo y en la u Ver, por ejemplo, Huizer, Guerrit. 1973. El potencial revolucionario del cam pesino en América Latina. México: Siglo XXI, p. 79. Sobre la época de hacien- ciudad durante una o dos semanas por año (según el número de colo fr da y sus condiciones laborales, ver Reyeros, Rafael. 1963. Historia social del tr nos de cada hacienda). El patrón con gran número de colonos o in- Indio boliviano. La Paz. (bibliografía, número 6). 8 9 En el Chaco los indios fueron llamados a defender la nación cuyos biernos siempre les habían sido hostiles. Deben defender a "su pa- " en peligro y sin embargo se les había considerado siempre como a- tridas o ciudadanos de segunda clase. Muchos excombatientes simpatizaron con. el problema indígena colaboraron con ellos. v Ya desde 1930 Raúl y Elizardo Pérez habían organizado en Warisa- un Centro de Educación Rural. Este trabajo fue llevado a cabo gra- sobre todo a la decidida participación de los indios y al formida 2. MARCO HISTORICO ble espíritu de entrega de Elizardo Pérez y de sus colaboradores. En 1936 el gobierno de Toro nombró a Elizardo Pérez como primer Di rector de Educación Indigenal. Se firmó un Decreto por el que se ANTES Y DESPUES DEL CHACO. exigía que en las haciendas hubiera escuelas. En 1937 solamente * existen en todo el país 16 núcleos escolares rurales con 4.200 alum- La depresión económica mundial de 1929 afecta gravemente a la ^¿os para una población de más de dos millones de indígenas. Estos economía boliviana. Por si fuera poco, se añade a ello la Guerra del Cha esfuerzos suscitaron tenaz oposición de los hacendados y, después co (1932 a 1935) llegando a provocar profundas resquebrajaduras en tjue el Presidente Busch se suicidó a fines de 1939, el Gobierno todo el sistema de la sociedad tradicional. La Guerra del Chaco, por o- Militar que le siguió trató de reprimir todo intento de educación tro lado, pone al descubierto el terrible sistema de injusticia en el que se asentaba toda la explotación del campo. La derrota militar sacude a la nueva generación. Los partidos se desacreditan y los jóvenes oficiales Ante esta situación en 1940 se rundan dos partidos políticos que incluirían en sus programas el problema de la Reforma Agra suplantan a los ineptos generales. El indio había participado en la guerra ria como punto clave de toda su línea política: el MNR y el PIR. de igual a igual con el hombre de la ciudad. No era justo pensar que si ante el peligro de la muerte eran iguales a los demás no lo fueran des pués en el ejercicio de los derechos ciudadanos. VILLARROEL, 1943 -1946 f < Se había generalizado una idea: la explotación que sufría él indio Í En 1943 una logia secreta compuesta por oficiales del Ejérci- era debida a su falta de educación. Se creía que la explotación era a cau \fb llamada RADEPA (Razón de Patria) organizó un golpe de es pado sa de su ignorancia, idea que todavía subsiste. que llevó al poder al Coronel Gualberto Villarroel. El MNR pe integró con este grupo y formó parte de su gabinete. En Esta llos Unidos se publicaron informes acusándolo de tendencias &o-nazis§ por ello fue tardíamente reconocido por los Estados La guerra del Chaco abre una nueva etapa en la historia de Boli Ipnidos y por muchos países de América Latina. via. En el abatimiento de la derrota surgió una conciencia de análisis y autocrítica de todos los errores. Un grupo de militares jóvenes Wi En 1944 dos diputados, Víctor Paz Estenssoro y Wálter Gue- encabezados por el General David Toro y el Teniente Coronel Germán f#*ra Arce, presentaron unas propuestas para mejorar la condición Busch toman el poder (1936-1939) e implantan un régimen "socialista (Mel campesino que, modificadas en parte, serían ratificadas por el militar". Se crea el Ministerio de Trabajo y Previsión Social y se dictan ¡¡propio Villarroel ante el Primer Congreso Campesino el día 15 de de 1945. Decretos sobre sindicalización obligatoria. «layo JP, 10 $ ' 11 SEIS AÑOS DE REPRESION, 1946 - 1951 V En octubre de 1949, por razones de salud, Hertzog renuncia a la Lsidencia. Asume las funciones presidenciales Mamerto Urriolagoi- El 21 de julio de 1946 fue derrocado, y después de ser asaltado ' que hasta ese momento había sido Vicepresidente. En 1951 se alizan elecciones generales y Paz Estenssoro (todavía en el exilio) el Palacio, el cuerpo inerte de Villarroel fue colgado de un farol de la Plaza. Los hacendados y la gran minería habían desarrollado una «btiene el 47 o/o de los votos, sin llegar a la mayoría absoluta que activa campaña contra él temiendo que les quitara sus privilegios. ra necesaria para una elección directa. La oligarquía tiene miedo y También el PIR y los partidos tradicionales le atacaron con enco uiere evitar que el MNR suba al poder. Por eso Urriolagoitia entre- el poder a una junta militar de gobierno: Es el golpe de estado que no. pasado a la historia con el nombre de "El Mamertazo". Pero el 9 de En plena Guerra Mundial y en auge el nazismo alemán, muchos ril de 1952 las fuerzas populares y los carabineros logran derrocar pretendieron ver en Villarroel un émulo de aquella ideología. Todos Gobierno tras tres días de lucha bajo la dirección de Hernán Siles quienes veían de un modo u otro afectados sus intereses por la polí azo y Juan Lechín. tica populista de Villarroel supieron aprovechar la coyuntura inter nacional para atacarlo con odio despiadado. El PIR aliado con las tendencias más conservadoras en contra de Villarroel pierde rápi damente su influencia en el campo y en las minas. Muchos líderes del MNR fugaron, algunos murieron junto a Vi llarroel. Paz Estenssoro se asiló en la Embajada del Paraguay y salió a la Argentina, de donde regresaría en 1953 para hacerse cargo de la Presidencia. Una coalición de fuerzas políticas conservadoras encabezadas por Hertzog gana las elecciones en 1947. Paradógicamente el PIR apoya a este Gobierno. Ft' A mediados de 1949, el Gobierno de Hertzog arrestó a Juan Le chín y otro líderes mineros junto a oficiales del ejército y miembros del MNR y del PIR. Las huelgas de los mineros habían tenido graves repercusiones en el panorama económico y político del país. Algunos grupos disidentes del ejército juntamente con grupos civiles se levanta ron en armas en varias ciudades del país. Las fuerzas leales al Gobier no tardaron casi un mes en controlar esta pequeña guerra civil. El MNR, caracterizado más como un "movimiento" que como un par tido con una ideología coherente, va tomando cada vez más fuerza. Miembros del PIR y de otros partidos de izquierda pasan a^engrosar sus filas. Lo propio sucede con muchos cuadros sindicales. El MNR adquiere así una fuerte militancia primero entre mineros y fabriles y posteriormente entre los campesinos. A partir del año 1949 existe un apoyo condicional de parte de la Federación de Mineros al MNR y las grandes mayorías nacionales comienzan a considerarlo como el instrumento más apto para efectivizar los grandes postulados popula res: la Refonn^^íajáa, la Nacionalización de las Minas y el Voto ^ ^ 5^ "^J ^. Universal. 55 13 V abezado por Zarate Willka en 1898-1899 que ayudó a un Gobierno ral a llegar al poder; sin embargo, una vez logrado el cambio de régi- n, se olvidaron las promesas de justicia hechas a los campesinos in gerías y el "temible " Willka fue asesinado. Dentro de un sinnúmero "de levantamientos ocurridos en el siglo ios más conocidos son el de Jesús de Machaca (año 1921) y el de ita, en Chayanta (año 1927). Pero la historia de todo este tiempo se no ,ha escrito. Probablemente hay otros más importantes. 3. EL PRIMER SINDICATO Éstos levantamientos antiguos tienen casi todos la característica que eran sublevaciones muy espontáneas, dirigidas por algún líder CAMPESINO: ANA RANCHO ly personalista, o por toda la masa muy irritada por algún aconteci- iento reciente, como la muerte de algún compañero o la confísca- n de sus tierras. Pero las bases aún no estaban organizadas. El resul- es que casi siempre corría mucha sangre en vano: Al llegar noticias LAS REBELIONES SIN ORGANIZACION SOCIAL (3) e un levantamiento, el ejército, que estaba al servicio de los latifundis- acudía enseguida y hacia represiones duras con grandes masacres. Aunque el primer sindicato campesino se organiza en la localidad „se la siguiente orden dada por el propio Ismael Montes, futuro pre- que hoy recibe el nombre de Ucureña en el año 1936, sin embargo, a :ente, al enviar las tropas a Omasuyos por un "amago de sublevación lo largo de la historia, son muchos los movimientos indígenas no-sindi la indiada" en 1902. cales. "Respecto a. la actitud que manifieste la indiada, y si encontrara & m^sas numerosas reunidas en actitud hostil o sublevadas, las disper Entre el año 1861 y 1944 ocurrieron infinidad de rebeliones cam sará por medio de las armas... La tropa debe marchar llevando cien pesinas. Desde las grandes sublevaciones dirigidas por los hermanos tiros por plaza...Si, lo que no es de esperar, llegare él caso de ser Tomás, Dámaso y Nicolás Catari, hasta los cercos a la ciudad de La imprescindible el hacer uso de las armas, los disparos se harán con Paz organizados y mantenidos valientemente por Julián Apaza' (Tupaj objeto de herir blanco seguro, prohibiendo todo disparo de simple Katari), los indios supieron expresar su repudio colectivo al sistema fogueo o alarma, que no hace otr'a cosa que amenguar el respeto que los oprimía desde la Colonia. La República en nada mejoró su suer que debe tenerse por la fuerza pública. Firmado, Ismael Montes, te. Los levantamientos indios de 1869 a 1871 fueron la consecuencia Ministro de Guerra." (4) de una Ley por la que el Gobierno declaraba que todas las tierras En la represión que siguió al levantamiento de Jesús de Machaca, el eran propiedad del Estado y obligaba a las comunidades indígenas gimiento de Guaqui mató a 80 comunarios. En las sublevaciones de a pagar gravosos impuestos. Esta medida dio por resultado una con iquina, Ancoraimes y Puerto Acosta a fines del siglo XIX, se habla de siderable pérdida de tierras para los indios. ios centenares de muertos. (5) Y después todo quedaba como antes, rque las bases campesinas aún no estaban debidamente organizadas. Lo mismo sucedió en el año 1899. La mayor parte de estos mo vimientos de resistencia, por ser aislados y no suficientemente organi zados, fueron reprimidos sangrientamente. Muy pocas de estas rebelio :itado por Baldlvleso, Pastor, 1921. Memorias de un Jubilado. (En Antezana i., Luis. 1976. Bolivia, ¿Reforma o Revolución Agraria? Caracas: Poleo, p. nes se extendieron y tuvieron impacto nacional como el movimiento 15—36. Según Antezana (pg. 33, ver nota anterior) a fines del siglo pasado se pasó de unas 13.000 comunidades originarias a sólo unas 3.000. La mayoría de levan 3. Para ampliar información sobre este período véanse los números 1 a 4 de la tamientos se debían a esta toma de tierras por los patrones. Los datos de muer bibliografía final recomendada. tos en las sublevaciones mencionadas viene de Condarco, Ramiro. 1965. Zarate, ei temible Willka. (Bibliografía, número 3). 14 15

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