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El Recurso de la Cultura: Usos de la cultura en la era global PDF

246 Pages·2002·14.25 MB·Spanish
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s ~ :::> !:i :::> .u.. ¡..¡.¡ '" EL RECURSO DE LA CULTURA SERIECULTURAVl Dirigida por Néstor Garcia Canclini Seha vuelto necesario estudiar la cultura en nuevos territorios. Laindustrialización y la globalización de los procesos culturales, además de modificar el papel de intelectuales y artistas, provoca que EL RECURSO se interesen en este campo empresarios y economistas, gobernantes y animadores de la comunicación y participación social. DE LA CULTURA La presente colección dará a conocer estudios sobre estas nuevas escenas, así como enfoques interdisciplinarios de las áreas clásicas: Usos delaculturaenlaeraglobal las artes y la literatura, la cultura popular, los conflictos fronterizos, los desafíos culturales del desarrollo y la ciudadanía. Daremos preferencia a estudios en español y en otras lenguas que están renovando tanto el trabajo de las disciplinas «dedicadas» a la cultura -antropología, historia y comunicacián-como los campos George Yúdice que se abren para estos temas en la economía, la tecnología y la gestión sociopolítica, jEAN-PIERREWARNIER La mundialización de la cultura LUIS REYGADAS Ensamblando culturas Diversidady conflicto en laglobalización de la industria ROSALÍA WINOCUR Ciudadanos mediáticos La construcción de lopúblico en la radio Scon MICHAELSEN Teoria fronteriza y DAVID E. JOHNSON (próxima aparición) ÍNDICE Traducción: GabrieLaVentureira, exceptocapítulo 7:Desiderio Navarro Agradecimientos 11 Introducción 13 Primeraedición: noviembre 2002,Barcelona 1. El recurso delacultura 23 Desarrollo cultural 27 La economía cultural 30 cultura Libre . Ciudadanía cultural 36 Derechos reservados paratodaslasediciones encastellano .La culturacomo reserva disponible . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 40 ¿Una nueva epísteme? 43 © EditoriaLGedisa, S.A. Paseo Bonanova 9,l°P 2. Los imperativos socialesdelaperformatividad 57 08022Barcelona, España La risacómplice. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 Tel932530904 -Laperformatívidad ylasguerrasculturales. . . . . . . . . . . . . . . . . 61 Fax932530905 Las raíces hístóricasde laperformatívidad «americana» . . . . . . . . 71 [email protected] ¿Qué leyregulatoria hayen unpaís caracterizadoporelfavor? ... 81 www.gedisa.com 3. La globalización delacultura ylanueva sociedad civil 107 Introducción 107 Globalización yestudios culturales 109 Globalización yculturaen América latína . . . . . . . . . . . . . . . . .. 114 Cultura y neoliberalísmo 119 ISBN:84-7432-968-X Depósito legat: B. 48285-2002 Los zapatístas ylaluchaporlasociedadcivil. . . . . . . . . . . . . .. 124 Conclusión 134 Diseño decolección: SylviaSans Impreso porCarvigraf, Clot.31-Ripollet 4. La funkización deRio 137 Impreso enEspañaPrintedinSpain La culturajuvenily ladecadencia delaidentidad nacional brasileña. 140 Las contradicciones de lademocracia a labrasileira . . . .•. . .. .. 146 Queda prohibida lareproducción parcialototalporcuaLquier medio deimpresión, El miedo alfunk 149 enformaidéntica, extractadaomodificada deestaversión castellana delaobra. El mundo delfunkcarioca . 155 La politicade lacultura 363 o ••••••••••••• o • La politicaculturaldelfunkcarioca . 163 La «vanguardización» de lospúblicos y losprocesos 369 o o La organización como insight 376 o o ••••••••••••• o • o • 5. La cultura alserviciodelajusticiasocial . 167 La conveniencia de lacultura 383 o o ••••• La violencia en laciudaddividida . 167 Tender un puenteentre lasdosmitades - . 174 Conclusíón 393 o ••••••• Los aprietosde lapublicidad . 178 La culturaen tiemposdecrisis .. 393 o o ••••••••••• o o •••••••• • La obrade lasiniciativasdeacciónciudadana . 182 El 11deseptiembre, ladiversidad y lacategorización racial: La mediación de laciudadaníay losvalores . 186 Las visiones americocéntricas . 394 Afro-Reggae . 187 Las consecuencias culturalesdel11deseptiembre 400 o •••••••••• , La ONGización delacultura . 191 Una culturade lamemoria . 409 o ••••••••••••••••••••••••• o El asalto delascorporaciones transnacionalesa lacultura 6. ¿Consumo yciudadanía? . 199 deAmérica latina .... 417 o •••••••••••••••••••••••••• Consumir identidades 199 o ••••••••• La ciudadania 203 Bibliografía 423 o ••••••••••••••••••••••• o ••••••••••••••••• La compra de mercancías como acto politico .... 207 o o ••••••••• Consumo y diversidad empresarial 215 o o •••••• o ••••••• o Consumismo y ciudadanía global . 222 Elfederalismo regional . 225 o •••••••••••••••••••••••••••• Conclusión 232 o o •••••• o •••••• o • o ••••• 7. La globalización deAmérica latina: Míamí . 235 La globalización y lasciudades .... 235 o •••••••••••••••••••• Miami: capital culturaldeAmérica latina 239 o •••••• o o ••• El multiculturalismo latino:latransculturación como valorañadido .... 250 o • o •••••• o ••••••••••••••••• 8. Libre comercio ycultura 261 o •••••••••••••••• ¿Qué tiene queverlaculturaconel librecomercio? . 261 La propiedad intelectual y laredefinición delacultura 265 o o El librecomercio y laculturaen Canadá y México 269 o o •••••• El librecomercio y laculturaen Estados Unidos . 279 La diversidad empresarial 284 o o ••••• o o •••••• o o ••••••••••• El librecomercio y laintermediación culturaltransnacional ..... 288 Capitalizar lafrontera 302 o •••••••••••••• o ••• El arte dereembolso en laerade lostratadosdelibre comercio . 317 o •• El binacionalismo y laintegracióncultural 321 o •••••••••• Conclusión 334 o •••••• o • o ••••• o •••••• o o •••••••• , , , 9. Producir laeconomía cultural: elarte colaborativo deinSITE o 339 -,, ,[ El surgimiento de lacolaboración culturalbinacional . 339 El laboratorioy la maquiladora 352 o •••••••••••••• o ••••• El capitalcultural 357 o ••••••••••• o,' •••••• AGRADECIMIENTOS Este libro no hubiese podido ser escrito sin la miríada de discusiones y debates que mantuve con amigos ycolegas. Algunas de estas polémicas se remontan a décadas yconfiguran mis visiones cotidianas del mundo. Sohnya Sayres,Juan Flores, Jean Franco, Néstor García Canclini, Daniel Mato, Toby Miller, Andrew Ross, Doris Sornmer,Silviano Santiago,Heloísa Buarque deHollanda, Beatriz Resen de, Alberto Moreiras, Idelber Avelar,John Kraniauskas y muchos otros son parte de esta comunidad interpretativa internacional. Agradezco es pecialmenteeltiempo yelesfuerzo que Toby Miller, AndrewRoss, Larry Grossberg, AlbertoMoreiras,LuisCárcamo,Micol Seigel,Sonia Alvarez, Arturo Escobar yAna María Ochoa dedicaron ala lectura yalcomenta rio específico de uno o más capítulos. Néstor García Canclini tuvo, ade más, lagentilezadeleerdepuntaacaboelmanuscritoparasupublicación enelmundo hispanohablante. Gabriela Ventureira hizo un magnífico tra bajo en su versión al castellano. Asimismo, estoy en deuda con Ken Wis soker, mi editor en Duke UP, ycon las diversas instituciones que mebrin daron su apoyo eneltranscurso deltiempo afinde poder llevar acabo la investigacióncuyo resultadoeseste libro: elPSC-CUNY Research Award me permitió realizar una investigación en Brasil;gracias a la beca conce dida por elFideicomiso para la Cultura Estados Unidos-México pude es tudiar cómo la diversidad se interpreta de modo diferente en ambos paí ses; el Post-Doctoral Humanities Fellowship Program de la Fundación Rockefellermedio laoportunidadde coordinarla investigación de la po lítica cultural como parte de laPrivatización del Proyecto de Cultura, en la Universidad de Nueva York; y la Universidad de Nueva York me pro porcionó ayuda de diversas formas. A estas personas e instituciones, así como amuchasotrasmencionadasenlaspáginasdellibro,lesdoy lasgra cias de todo corazón. INTRODUCCIÓN En una reunión internacional de especialistas de la política cultural celebrada recientemente, una funcionaria de la UNESCO se lamentó de que la cultura se invocara para resolver problemas que antes correspon dían al ámbito de laeconomía yla política. Sinembargo-agregó-la úni ca forma de convencer a los dirigentes del gobierno y de las empresas de que vale la pena apoyar la actividad cultural es alegar que esta disminui rá los conflictos sociales y conducirá al desarrollo económico (Yúdice, 2000b). Elpropósito deestelibro esesclarecereilustrar, mediante una se riedeejemplos, dequé manera lacultura como recursocobró legitimidad y desplazó o absorbió a otras interpretaciones de la cultura. Deseo recal car desde el comienzo que no estoy repitiendo la crítica de Adorno y Horkheimer a la mercancía y su instrumentalización. En el capítulo 1 aclaro que la cultura como recurso es mucho más que una mercancía: constituye el eje de un nuevo marco epistémico donde la ideología y bue na parte de lo que Foucault denominó sociedad disciplinaria (por ejem plo, la inculcación de normas en instituciones como la educación, la medicina, la psiquiatría, erc.) son absorbidas dentro de una racionalidad económica oecológica, de modo que en la «cultura» (yen sus resultados) tienen prioridad la gestión, laconservación, elacceso, la distribución y la Inversión. La cultura como recurso puede compararse con la naturaleza como recurso, sobre todo porque ambas se benefician del predominio de la di versidad. Pensemos por un momento en la biodiversidad,l/incluido elsa ber tradicional y el conocimiento científico derivados de ella. Según la «Convención sobre la Diversidad Biológica», esta debe ser fomentada y conservada a fin de «mantenersu capacidad de desarrollo para satisfacer las necesidades yaspiraciones de las generaciones del presente ydel futu ro» (<<Convención 5»). Sisetoma en cuenta la propensión de la empresa privada a buscar ganancias a toda costa, la tendencia de las naciones de- • ~ 1. LaConvención define labiodiversidad como lavariabilidad entre losorganismos vi- vientesqueprovienendetodas lasfuentes,incluida, ínteralía,laterrestre, lamarina yotroseco sistemasacuáticos yloscomplejos ecológicosdeloscualesforman parte... esdecir,lavariabili dad dentrodelasespecies,entre lasespeciesydelosecosistemas.{eConvenciónS») 14/ELRECURSO OE LA CULTURA INTRODUCCIÓN/ 15 sarrolladasasacarventajadelos países en vías dedesarrollo,la mayorle la agencia cultural, tan frecuente en la obra de los estudios culturales. gitimidad del conocimiento científico por sobre el saber tradicional, la Pero esa admonición no proviene del deseo de ser un aguafiestas, por creciente contaminación del medio ambiente, etc., entonces la cuestión así decirlo, sino de una interpretación diferente de la agencia. Para algu principal ymás acuciante pasa aserlaadministración derecursos, cono nos, los relativamente «faltos de poder» pueden sacar fuerzas de su cul cimientos, tecnologías, así como los riesgos implícitos que pueden defi tura y de ese modo enfrentar el ataque de los poderosos. Para otros, el nirsede incontables maneras. contenido delaculturamismacareceprácticamentedepertinencia;loim Laculturano evoca, paralamayoría delagente, lamisma sensación portante es que esta refuerce una política con vistas al cambio. Aunque de apremio susceptible de amenazar lavida, si bien escierto que muchos esas opiniones sean muy atractivas, también es cierto que la expresión lamentan los estragos causados por el turismo, la [ast [ood y las indus culturalperseno basta. Digamos que ayuda aparticiparenlalucha cuando triasglobalesdelentretenimientoen losestilos de vida tradicionales. Últi uno conoce cabalmente las complejas maquinaciones implícitas en apo mamente, empero, los mismos administradores de los recursos globales yarunaagenda atravésdeunavariedad deinstancias intermedias, situa han «descubierto la cultura» y sehanreferido, al menos de palabra, a las das endistintos niveles, queasuveztienen agendas similares,yuxtapues nociones deproteccióne inversión culturales. Porunlado, laidea deque tas o discrepantes. Quienes sededican alos estudios culturalesamenudo parapreservarla biodiversidad espreciso conservar lastradiciones cultu consideran la agencia cultural de un modo más circunscripto, como si la rales pertenece hayal sentido común. Por elotro,seargumenta -ytal vez expresión o identidad de un individuo o grupo en particular condujera, se piensa realmente- que una inversión en cultura sensible a la raza y al en sí misma, al cambio. Sin embargo, según señala IrisMarion Young género fortalecerá la fibra delasociedadcivil, lacual sirve asuvezdean (2000), «nos encontramos posicionados en relaciones de clase; género, fitrión ideal para el desarrollo político yeconómico. raza, nacionalidad, religión, etc. [dentro de "una historia ya dada de sig No siempre resulta sencillo conjugar los aspectos sociopolíticos y nificados sedimentados, paisaje material e interacción con otros en el económicos delagestión cultural sin incurrirenproblemas nicontradic camposocial"] que son fuente tanto de posibilidadesde accióncuanto de ciones. Consideremos, por ejemplo, que alaceptar lasformas delderecho posibilidades de coacción». occidental para protegersus tecnologías (lacreaciónde variedades de se Los activistas negros del Grupo Cultural Afro-Reggae, cuya activi millas) y sus prácticas culturales (digamos, las pinturas oníricas aboríge dad cultural examino en el capítulo 5, no lograron sus propósitos por sí nes), los pueblos no occidentales pueden sufrir una transformación aun solos, sino quedebieron negociarcon reconocidos activistas sociales, per másrápida. Siun ritualo unatecnología específica no están actualmente sonas destacadas de lacomunidad, autoridades eclesiásticas, periodistas, incluidos como una forma de propiedad protegible,elrecurrir al derecho abogados, académicos, empresarios, filántropos, industrias de la música occidental para garantizar que otros no obtengan beneficios de ella com y delentretenimiento,grupos solidarios internacionales y funcionariosde porta, casi con certeza, la aceptación del principio de propiedad. ¿Qué fundaciones. Tuvieron que trabajaren muchos frentes, en ocasiones va significarátodo esto cuando lasformas no occidentales deconocimiento, liéndose deestrategiascontrapuestas. Ycada uno delos actores con quie tecnología y prácticas culturales se incorporen en la ley de propiedad nes se encuentran en una instancia dada se ve también obligado a nego intelectual y derechos de autor? ¿La venta de cultura «inalienable» se ciar en varios niveles. El funcionario de la Fundación Ford local en Río convertiráenalgo similaralaventa depermisos decontaminaciónenEs debe comunicarse con el director de la oficina y con los funcionarios de tados Unidos, en virtuddeloscuales lascompañías quereducensusema la Fundación en Nueva York, antes de que se aprueben los fondos para naciones tóxicas pueden venderlos derechos deemisión deesos contami colaborar con una agenda específica. nantesambientales?Tantoenlosrecursosculturalescomoenlos naturales Trabajaren estos niveles diferentes, un fenómeno cada vez más ha la gestión es cada vezmás elnombre del juego. bitualcuando los actores transnacionales seinvolucran enlo «local» im En este libro identifico, naturalmente, a los villanos y a los héroes, pulsa la «agencia» sobre todo en la dirección de la performatividad, el pero casi todas las situaciones aquí examinadas son más complejas que tema del capítulo 2. Cuando la negociación de la agencia cultural depen esta simple dicotomía. Algunos lectores del manuscrito sepreguntaronsi , de de numerosas instancias, «el cuidado de sí [colectivo o individual] yo no erademasiado pesimistaenlorelativo alas perspectivasdelos mo 1 deviene performativo. Como argumento al final del capítulo 1, sobre la vimientos sociales. Un lector anónimo señaló que «las conclusiones pre ¡conveniencia, existe una compatibilidad entre noción foucaultiana de cautoriastienenmáspesoquelapolíticacomunitariadeltrabajocultural». 'cuidado de sí [souci de so.] y la performatividad; la ética de Foucault Ciertamente,estoy llamando a la prudencia respecto de la celebración de comporta una práctica reflexiva de auto-gestión frente a los modelos 16/EL RECURSO DE LA CULTURA INTRODUCCIÓN/ 17 (o a lo que Bajtíndenominó «voces» y «perspecrivas») impuestospor una de las ONG, sean homogéneos. Las diferencias nacionales y regionales, sociedad o formación cultural determinada. El concepto de autor sus entendidas como campos de fuerza diversamente estructurados que con tentado por Bajtín (1981) puede servir como un prototipo de la ética figuran elsignificadode cualquierfenómeno, desde una canción pop has performativa de Foucault, pues aquel no es sino una orquestación de ta elactivismo medioambiental yantirracial, son funcionales al comercio las «voces» de otros, una apropiación que consiste en «poblar esas "vo global y al activismo global. ces" con sus propias intenciones, con su propio acento». El autor que En elcapítulo 2, «Los imperativos sociales de la perforrnatividad», ejercita el cuidado de sí debe forjar también su libertad trabajando me- examino de qué manera se comprenden estos campos de fuerza en cuan \ dianre <dos modelos que encuentra en su cultura y que le son propuestos, to conjuntos de mandatos performativos relacionados con los pactos sugeridos o impuestospor sucultura,su sociedad ysu grupo social» (Fou interaccionales, los marcos interpretativos ylos condicionamientos insti cault, 1997). tucionales de la producción de comportamiento y conocimiento. La si Enelcapítulo1, «Elrecursode lacultura»,examinocómolacultura se nergia producida por las relaciones entre las instituciones del Estado yla invierte, se distribuye de las maneras más globales, se utiliza como atrac sociedad civil, la magistratura, la policía, las escuelas y universidades, los ción para promover el desarrollo del capital y del turismo, como el pri medios masivos y los mercados de consumo, da forma al entendimiento mer motor de las industrias culturales y como un incentivo inagotable ya la conducta. Esta fuerza performativase halla ejemplificadaen el aná para las nuevas industrias que dependen de la propiedad intelectual. Por lisis de las guerrasculturalesen Estados Unidos. Ami criterio,dichasgue tanto, elconcepto de recurso absorbe y anula las distinciones, prevale rras no son sino una fantasía societal donde lo normativo y lo no nor cientes hasta ahora, entre la definición de alta cultura, la definición an mativo chocan pero terminan por igualarse. Por un lado, las guerras tropológica yla definición masiva de cultura. La alta cultura se torna un culturales nos trajeron los delirios de Jesse Helms yde otros conservado recurso para eldesarrollo urbano en elmuseo contemporáneo (por ejem res; por el otro, muchos izquierdistas culturales se sintieron harto felices plo, el Guggenheim de Bilbao). Los rituales, las prácticas estéticas cotidia de pulsar los botones correctos y, en el proceso, alcanzar la visibilidad nas tales como canciones, cuentos populares, cocina, costumbres yotros que acompaña al fariseísmo yal espectáculo directo. La noción de fanta usos simbólicos son movilizados también como recursos en elturismo y sía se usa aquí en un sentido psicoanalítico para referirse al carácter pro en la promoción de industrias que explotan el patrimonio cultural. Las yectivo de este empate cultural. industrias de la cultura masiva, sobre todo las concernientes al entrete Uno de los aspectos más significativos del activismo cultural de los nimiento y a los derechos de autor, que han integrado progresiva y verti grupos identitarios es el hecho de haber sido facilitado, en parte, por la calmente la música, elfilme, el vídeo, la televisión, las revistas, la difusión legislación y el debido proceso. Aunque teóricos críticos de la raza [cri sarelital y por cable, son las que más contribuyen al producto bruto na tica/ race theoristsJ piensen que el imperio de la ley está «esencialmente cional de Estados Unidos. compuesto de elecciones a favor o en contra de la gente e impuesto me La noción de cultura como recurso implica su gestión, un enfoque diante la violencia» (Ross, 2000) y coincidan con la visión de Foucault que no era característico ni de la alta cultura ni de la cultura cotidiana, (1997) de que la leyes el imperativo violento de una «sociedad que se entendida en un sentido antropológico. Y para complicaraun más las co defiende a sí misma», esta constituye, no obstante, un principio funda sas, la cultura como recursocircula globalmente, concrecientevelocidad. mental para la acción. En efecto, la leyes también un dato de la perfor En consecuencia, su manejo, administrado a escala nacional durante me matividad cotidiana en la sociedad estadounidense, según afirmóJudith dio siglo en la mayoría de los países de Europa, Américalatina y Estados Butler, Quizá la mayor discrepancia entre Estados Unidos y los restan Unidos -aunque en este país la gestión local de la cultura prevaleció por tes países de América se relacione con la fuerza performativa del dere sobre la nacional, incluso en el apogeo del NEA-, está coordinado hoy cho. Nadie ignora, en nuestro continente, la permeabilidad de la ley al tanto local como supranacionalmente por las corporaciones y por el sec favor, a la jerarquía y a otras parcialidades personalistas, aun en los tor no gubernamental internacional (la UNESCO, las fundaciones, las años posteriores a la dictadura, cuando la legislación de los derechos ONG, etc.), Pese a esta circulación global, o quizá debido a ella, ha sur humanos acompañó a buena parte del activismo en la región. En conse gido una nueva división internacional del trabajo cultural que yuxtapone cuencia, la ley no despierta en todas las sociedades las mismas fantasías la diferencia local a la administraciónyla inversión transnacionales. Ello proyectivas que afectan las cuestiones concernientes a la identidad. El .no significa que los efectos de esta creciente cultura transnacional, evi examen de la cultura del favor en Brasil pone de manifiesto esta dife dentes en las industrias del entretenimiento y en la llamada sociedad civil rcncia. 18/ EL RECURSO DE LA CULTURA INTRODUCCIÓN / 19 En e!capítulo 3, «La globalización de la cultura y la nueva sociedad tados Unidos en la década de 1980. El vuelco al funk significó el aparta civil», exploro de quémanerael campo rransdisciplinario delos estudios miento de la tradicional adhesión al samba, «la música del pueblo». En culturalespodría ocuparsedelos cambios producidospor losprocesosglo efecto, los funkeiros procuraron oponerse a la performance de <do popu bales. Me interesa, particularmente,cómo esos procesos generaron deba lar», subordinado alaselitesperoaceptadoporestas,con unamúsicaque tes sobre e!pape! desempeñado por la sociedad civil en la renegociación desafiabaesa conciliación. Elfunk yotrasmúsicas provenientes de ladiás de! compromiso tradicional entre el Estado y los diversos sectores de la pora negra como elrap ye!reggae, impugnaron el lugar ocupado por los nación Ie!E pluribum unum). Esta revisión es a menudo llevada a la pa negros en Brasil y el control de su acceso al espacio público privatizado. lestra por las comunidades locales que tienen mucho que perder o mucho Cuando las demandas basadas en la raza y hechas en nombre del que ganar frente a las vicisitudes de la globalización. La sociedad civil es funk yelrap lograron un mayor reconocimiento, sobre todo de las ONG hoyelconcepto dilecto demuchos movimientos en pro de lareformayde locales e internacionales yde instituciones estadounidenses como laFun la revolución, desalentados por la inviabilidad de!socialismocomo alter dación Rockefeller, «los grupos culturales» pudieron abrirse un espacio nativa política, almenos enunfuturocercano. Eldominio actualdelneo para luchar por sus derechos. En e!capítulo 5 examino una red cultural liberalismo -<01 conjunto de políticas que incluye la liberalizacióncomer juvenil y una iniciativa de acción ciudadana, pues ambas ponen de relie cial, la privatización, la reducción Iyen algunos casos la eliminación) de vela idea de que lacultura pasó a ser elterreno donde seforjaron las nue los servicios subsidiados por el Estado, tales como e!cuidado de la salud vas narrativas de legitimación con elobjeto de naturalizarel desiderátum y la educación, los recortes salariales y e!aniquilamiento de los derechos neoliberal de expurgar al gobierno de lo social. El neoliberalismo rein laborales-ha contribuido a que la atención política sedesplazara hacia la traduce, portanto, laexpectativa de quelas «instituciones deasistencia» izquierda, desde la toma del poderestatal (que en muchos casos no ha re se sitúen en la sociedad civil y,en menor medida, en elgobierno. Ello im suelto e! problema de la soberanía) a las cuestiones concernientes a los plica laaperturadenuevos ámbitos paraelactivismo, loscuales permiten derechos civiles y humanos y a la calidad de vida. Los partidos políticos ciertos tipos de habilitación [empowerment] y, a la vez, nuevas formas convencionales e incluso los progresistas han tenido poco éxito en con asequibles de gestión social. Según Foucault, «la sociedad civil es el con trarrestarestaspolíticasyellopordos razones.Enprimertérmino,los pro junto concreto donde estos puntos abstractos, los hombres económicos, cesos políticos institucionalizados son, engranmedida, disfuncionales en necesitan serposicionados afin de hacerlos adecuadamente manejables» cuanto a responder a las necesidades sociales; en segundo término, las (Foucault, 1979). La estructura en red adoptada por los grupos que exa enormes presiones ejercidaspor los intereses financieros internacionales, mino aquí también difunde el fenómeno de la agencia, estratificándola, no sólo han desalentado la reforma, sino empeorado de hecho las condi porasídecirlo, enlosactores sociales diversamente posicionados: losgru ciones, como la siempre creciente brecha en la distribución del ingreso. pos culturales activistas, la comunidad en cuyo nombre se lleva a cabo el En consecuencia, los actores más innovadores en la postulación de pro acrivisrno, las fuentes financieras que comprenden desde los organismos gramas de acción política y social son los movimientos de las bases y las gubernamentales y las fundaciones locales hasta las corporaciones trans organizaciones no gubernamentales (ONG) nacionales e internacionales nacionales'ylas ONG, e incluso e!Banco Mundial IBM) y el Banco Inte que los apoyan. Dichos actores han apostado a la cultura, definida de in ramericano de Desarrollo (BID). Los discursos de estos grupos se hallan contables maneras; vale decir a un recurso ya elegido como blanco de considerablemente sobredeterminados por la red de colaboradores e in explotación por elcapital (por ejemplo, en los medios masivos, elconsu termediarios. mismo y el turismo) y un fundamento para resistir a la devastación pro Elcapítulo 6, «¿Consumo y ciudadanía?», consiste en una explora vocada porese mismo sistema económico. ción detallada de las formas mediante lascuales elconsumismo ha irrum Los capítulos 4 y 5-«La funkización de Río» y «La cultura al servi- pido en la maneraen que lagente negocia la identidad, e!estatutoyelpo cio delajusticiasocial»>constituyen, enconjunto, unestudio decaso: la der político. En esecapítulo evalúo hasta qué punto esviable imaginar la transformaciónde laluchasocial,especialmentelaexclusión racialylaile sociedad civil, no como e!espacio habermasiano del libre debate yla for galidad en las fave!as de Río de janeiro,en un recurso del quepueden va i maciónde opinión, sino más bien como la criada de las políticas liberales lerselos grupos culturales «ONGizados}} paraobtener mayor capacidad que reducen yprivatizan lo social ylo cultural. La actividad política pue de acción [empowerment]. En e!capítulo 4 se describe la denigración de dedarseaunen los sitios donde «lacompra demercancías representaun la juventudgeneralmente negra de las fave!as y de su música favorita, so- acto político»,asícomo eneluso detarjetasdecrédito conconcienciaso bre todo el funk, que se asoció con la violencia al igual que e! rap en Es- cial. Literalmente,esposible hacer política yendo de compras o exhibien-

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El recurso de la cultura examina la creciente instrumentalizaci?n de la cultura en tiempos de globalizaci?n y el surgimiento de una nueva divisi?n internacional del trabajo cultural. La circulaci?n global yuxtapone la diferencia local a la administraci?n y la inversi?n trasnacionales, reservando par
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