ebook img

El doble entrecruzamiento de opuestos en la teoría dialéctica del sujeto de Alain Badiou. PDF

24 Pages·2013·0.31 MB·Spanish
by  
Save to my drive
Quick download
Download
Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.

Preview El doble entrecruzamiento de opuestos en la teoría dialéctica del sujeto de Alain Badiou.

Volume Two, Number One El doble entrecruzamiento de opuestos en la teoría dialéctica del sujeto de Alain Badiou. Wenceslao García Puchades Resumen En el siguiente texto estudiaremos la teoría dialéctica del sujeto de Badiou con ayuda de la noción merleaupontiana de “entrecruzamiento”. Trataremos de argumentar en qué medida es posible entender dicha teoría como una continuación de la tarea iniciada en los cincuenta por el filósofo francés Merleau-Ponty. Esta tarea pasa por hacer materialista la dialéctica hegeliana manteniendo la división de opuestos en una figura que los unifique. Para Badiou, al igual que para Merleau-Ponty, esta figura no tiene que ser considerada como una figura estática constituida por dos formas puras, sino como un proceso de “entrecruzamiento” por el que los opuestos se influyen mutuamente sin que ninguno de los dos pueda prescindir del otro para existir. Tal y como veremos, en Théorie du Sujet, Badiou elabora su teoría del sujeto aplicando esta lógica del entrecruzamiento dialéctico a la tensión entre “fuerza” y “lugar”, y entre “subjetivación” y “proceso subjetivo”. A través del primer entrecruzamiento Badiou pretende escapar de las teorías idealistas del sujeto propias de la filosofía espiritualista y positivista; a través del segundo pretende elaborar una teoría que le permita interpretar el movimiento de la historia, y en concreto, el de la lucha de las masas trabajadoras en contra de su sometimiento al orden capitalista y el de la lucha interna del propio proletariado por no recaer en dicha sumisión o en otras figuras oscuras. Palabras Clave Alain Badiou, Merleau-Ponty, dialéctica, entrecruzamiento, Teoría del Sujeto. The International Journal of Badiou Studies 15 Double intertwining of opposites in Alain Badiou’s dialectical theory of the subject Abstract In the following text we will tackle Badiou’s dialectical theory of the subject with the help of Merleau-Ponty’s idea of “intertwining”. We will try to explain the possibility of understanding that theory as the continuation of the task started by the French philosopher Merleau-Ponty in the 1950s. This task involves making Hegel’s dialectics materialistic by keeping the division of opposites in a figure that unifies them. Like Merleau-Ponty, Badiou states that this figure should not be considered as a static figure constituted by two pure forms, but as a process of “intertwining” by which two opposites influence each other so that none of them can exist without the other. We will see that in Théorie du Sujet Badiou creates his theory of the subject applying this logic of the dialectical intertwining to the tension between “force” and “place”, and “subjectivation” and the “subjective process”. Through the first intertwining Badiou tries to escape from the idealistic theories of the subject characteristic of positivist and spiritualist philosophy; through the second intertwining he tries to create a theory that enables him to interpret the movement of history, particularly the movement of working masses who struggle against their subordination to the capitalist system and the internal struggle of proletariat to avoid falling back into that submission or other obscure figures. Keywords Alain Badiou, Merleau-Ponty, dialectics, intertwining, Theory of the Subject Volume Two, Number One (2013) Wenceslao García Puchades 16 Introducción El desarrollo de la teoría formal del sujeto en Badiou ha constituido la parte más importante, y al mismo tiempo compleja, del pensamiento del filósofo francés. El uso de diferentes teorías matemáticas para fundamentar la estructura de las diferentes formas subjetivas aleja su discurso del discurso filosófico convencional acerca del sujeto. La teoría formal del sujeto ha evolucionado a lo largo de la obra de Badiou coincidiendo con la aparición de sus tres grandes obras: Théorie du sujet (1982), L’Être et l’événement (1988) y Logiques des mondes (2006). Así podemos hablar de tres momentos u orientaciones en la elaboración de su teoría formal del sujeto: la primera designaría un periodo de orientación dialéctica que tendría sus fundamentos en la reelaboración maoísta de la figura dialéctica hegeliana; la segunda designaría un periodo de orientación ontológica y tendría sus fundamentos en la teoría matemática de conjuntos; y la tercera señalaría un periodo de orientación ontológico-lógica y tendría sus fundamentos en la teoría de las categorías matemáticas. En el siguiente texto desarrollaremos la primera de ellas, a saber, la teoría dialéctica del sujeto, con ayuda de la noción merleaupontiana de “entrecruzamiento”. En nuestra opinión Badiou retoma la tarea iniciada en los cincuenta por Merleau-Ponty de desarrollar una teoría anti-idealista de la dialéctica. Esta tarea pasa por hacer materialista la dialéctica hegeliana y por el mantenimiento de la división de opuestos. Para Badiou, al igual que para Merleau-Ponty, esta división no tiene que ser considerada como una figura constituida por dos formas puras, sino como un mismo movimiento “entrecruzado” por el que los opuestos se influyen mutuamente sin que ninguno de los dos pueda prescindir del otro para existir. Tal y como veremos, en Théorie du Sujet, El doble entrecruzamiento The International Journal of Badiou Studies 17 Badiou elabora su teoría del sujeto aplicando esta lógica del entrecruzamiento dialéctico a la tensión entre fuerza y lugar, y a la tensión entre subjetivación y proceso subjetivo. A través del primer entrecruzamiento Badiou pretende escapar de las teorías idealista del sujeto propias la filosofía espiritualista y positivista; a través del segundo Badiou pretende elaborar una teoría del sujeto que le permita interpretar el movimiento de la historia, y en concreto, el de la lucha de las masas trabajadoras en contra de su determinación por el orden capitalista, así como el de la lucha interna del propio proletariado por no recaer en dicha determinación o en otras figuras oscuras. 1.- El primer entrecruzamiento del sujeto: La tensión dialéctica entre “fuerza” y “lugar” La elaboración de la teoría del sujeto de Badiou comienza con un movimiento anti- idealista por el que rechaza toda concepción de sujeto entendida como una entidad específica, empíricamente identificada con un individuo humano, dispuesta ante la objetividad del mundo y capaz de inscribir en él su sentido y destino. Frente a la postura idealista, Badiou mantendrá una actitud materialista –heredada del marxismo y de su mediación althusseriana– y formalista –basada en el psicoanálisis y su mediación lacaniana– que le permitirá afirmar que un sujeto es el resultado de un conflicto entre la determinación material por un lugar y por una fuerza que lo excede. En el siguiente artículo veremos cómo esta concepción dialéctica del sujeto, que supera las concepciones idealistas sin caer en el materialismo determinista precedente, tiene resonancias de la teoría dialéctica que desarrolló el filósofo francés Maurice Merleau- Ponty a mediados del siglo XX y, por tanto, de lo que se ha denominado la “filosofía vitalista” o “de la inmanencia” francesa (Lawlor 2006). Sin embargo, también veremos Volume Two, Number One (2013) Wenceslao García Puchades 18 como el trabajo de Badiou trata de superar las limitaciones de dicha filosofía ya que de ella se deriva una teoría del sujeto que, desubicada de todo emplazamiento, imposibilita el compromiso con la causa revolucionaria. 1.1.- Un sujeto es una figura dividida entre la fuerza del sí mismo y el lugar que ocupa La concepción filosófica del sujeto de Badiou se desmarca de dos concepciones filosóficas modernas: por un lado de las teorías idealistas que conciben al sujeto como condición de posibilidad de toda experiencia humana y, por otro, de las teorías materialistas que conciben al sujeto como una sustancia determinada por las consecuencias físicas del lugar. Las primeras, para Badiou, tienen su origen en la idea del sujeto transcendental kantiano entendido como una función transparente capaz de organizar el significado de la experiencia al tiempo que se da existencia a sí misma como tal: “En toda tradición idealista clásica, el sujeto designa este punto de ser transparente, en situación de donación inmediata a sí mismo, por donde pasa todo acceso a la existencia como tal” (Badiou 1982: 300). Las segundas tienen origen en las teorías positivistas científicas que reducen el sujeto a ser un conjunto de experiencias empíricas determinadas por un sistema de objetos físicos. Para Badiou estas teorías, al limitar su estudio a las relaciones entre los objetos que constituyen un lugar, sólo se pueden reducir a explicar en qué medida un sujeto –en tanto objeto material incluido en dicho lugar– está determinado por estas relaciones. De manera que el sujeto siempre aparecerá como algo dado y determinado por el lugar al que pertenece (Power 2006: 197-9). El doble entrecruzamiento The International Journal of Badiou Studies 19 Badiou nos propone, en cambio, una nueva figura del sujeto que da unidad a la contradicción entre idealistas y materialistas en la medida en que incluye la fuerza autoconstituyente del sujeto de las primeras y el ser determinado por el lugar de las segundas: “Todo lo que existe es así, a la vez, él mismo y él-mismo-según-su-lugar” (1982: 30, trad. modificada). Badiou definirá este conflicto entre idealismo y materialismo como un conflicto dialéctico entre fuerzas y lugares, entre el “horlieu” (fuera de lugar) que designa “lo topológico a-estructural” y el “esplace” (“espacio de emplazamiento”) que designa la “acción de la estructura”: “La dialéctica, en la arena con olor a aserrín del combate categorial, es el horlieu contra el esplace” (1982: 32, 33). La meta principal que Badiou se propone en Théorie du sujet es transcender el “darse a sí mismo” del sujeto idealista y el “ser dado” por el lugar del materialismo determinista. De manera que si el sujeto no es algo dado, debe ser encontrado (1982: 301, 301). Y si debe ser encontrado, debe ser encontrado en algún “sitio”. Desde este punto de vista, la teoría del sujeto que nos propone Badiou tiene la forma de una guía que nos permite localizar al sujeto. El sujeto aparece así como el sitio que se origina como consecuencia de una fuerza que debe dividirse entre sí misma y una parte determinada por la estructura de los lugares asignados (Bosteels, 2007: 81). Badiou (1982: 29) formaliza esta figura del sujeto escindido de la siguiente manera: “A = (AAp)” Léase por “A”, “A como tal”, el supuesto de la fuerza de un “sujeto puro”; por “Ap”, “A en otro lugar”, el sujeto determinado por un lugar P; y por “P”, “el lugar distribuido por el espacio de emplazamiento” (1982: 28, traducción modificada). Volume Two, Number One (2013) Wenceslao García Puchades 20 De esta manera, si tomamos como ejemplo de este sujeto el movimiento de masas de la clase obrera (A) en su lucha contra la sociedad imperialista actual (P), nos damos cuenta de que desde sus orígenes mantiene una división interna (AAp) con un peligro de corrupción latente a recaer en las ideas y prácticas burguesas y capitalistas (Ap). Esta lectura se opone a la interpretación clásica de la lucha de clase entre proletariado y burguesía bajo el esquema estructural abstracto de “A” contra “P”, el cual nunca se da en la realidad (Bosteels 2007: 81).1 1.2.- La crítica al pensamiento objetualista del sujeto: la teoría del sujeto “encarnado” merleaupontiano A través de esta concepción del sujeto, Badiou nos propone un nuevo giro en los intentos filosóficos del siglo XX por superar el pensamiento objetual del sujeto para proponerlo como un pensamiento relacional dividido entre un pensamiento de sí como objeto autoconstituyente y un pensamiento de sí como objeto determinado por el lugar. Así lo expresa Badiou: “[...] el problema consiste en pensar el pensamiento como pensamiento y no como objeto; o aun en pensar lo que es pensado en el pensamiento, y no “lo que” (el objeto) el pensamiento piensa […]. Diremos, pues, que el pensamiento, como pensable, es “relación” de lo que es pensado en él, y que no tiene ningún estatuto objetual” (1998: 30). 1 Para ilustrar esta figura “impura” o “dividida” Badiou acude a la teología cristiana (Badiou, 1982: 38-39). El doble entrecruzamiento The International Journal of Badiou Studies 21 En el ámbito del pensamiento francés del siglo XX, los filósofos que han desarrollado su filosofía buscando nuevas formas de pensamiento que no caigan en el dualismo objeto-sujeto han sido, entre otros, Derrida, Foucault y Deleuze. Todos estos filósofos se hacen eco, de alguna manera, de las investigaciones que en este ámbito realizaron Nietzsche (con su “voluntad de poder”), Bergson (con su “impulso vital”), Heidegger (con su “diferencia ontológica”) y, principalmente, Merleau-Ponty. Tal y como afirma Leonard Lawlor (2006) en la formación de lo que se ha denominado “vitalismo” (haciendo uso del término bergsoniano “impulso vital” [élan vital]) resulta fundamental la revisión que Merleau-Ponty realizó de la dialéctica hegeliana, de la fenomenología de la conciencia husserliana y de la ontología existencialista heideggeriana. Para Lawlor (2006: 3) si queremos concebir el principio que fundamenta el “vitalismo” debemos obedecer al imperativo negativo que nos enseña Merleau-Ponty: el principio no debe ser ni positivo ni negativo, ni infinito ni finito, ni interno ni externo, ni objetivo ni subjetivo, ni idealista ni realista, ni teológico ni mecanicista, ni determinista ni indeterminista, ni humanista ni naturalista, ni metafísico ni físico. Caer en alguno uno de estos dos extremos es precisamente lo que no debemos hacer. Lo que la filosofía de Merleau-Ponty nos enseña es que el principio de la vida no debe ser pensado como una separación entre alguno de estos dos polos, ni tampoco como una coincidencia. La formula positiva para el imperativo merleaupontiano es que dicho principio debe ser pensado como un “hiatus”, un “écart”, que mezcla a los dos extremos juntos (Merleau- Ponty 1956-1957: 203, 164).2 2 La referencia a estos términos como principio del pensamiento vitalista aparece de manera explícita en varias de las obras de los filósofos citados anteriormente. Así Michel Foucault, en Les Mots et les choses (1966), hablará de “este rodeo [écart], ínfimo pero invencible, que reside en el ‘y’ del retroceso y del retorno, del pensamiento y de lo impensado, de lo empírico y de lo trascendental, de aquello que pertenece al orden de la positividad y de aquello que es del orden de los fundamentos. La identidad separada de sí misma en una distancia [distance] que, en cierto sentido, le es interior, pero en otro la constituye” (330). También Jacques Derrida en De la grammatologie (1967) hablará de “una mínima diferencia [différence]; esta pequeña diferencia –la visibilidad, el espaciamiento, la muerte– es indudablemente el origen del signo y la ruptura de la inmediatez” Volume Two, Number One (2013) Wenceslao García Puchades 22 A lo largo de su obra, Merleau-Ponty nos expone que la tarea esencial de la filosofía contemporánea es superar el “objetualismo” de las filosofías espiritualistas –o idealistas– y del positivismo científico. En Le visible et l’invisible (1964), nos muestra cómo estas dos concepciones del pensamiento comparten la característica de “sobrevolar” su objeto de conocimiento.3 Para Merleau-Ponty, el “intelectualismo” es característico del pensamiento heredero de Descartes quien, al adoptar como fundamento de la existencia el enunciado “cogito ergo sum”, colocará por encima del mundo a conocer a un Cogito absoluto. Esta pura actividad de conocer se muestra incognoscible para sí misma, por lo que siempre aparecerá como un supuesto absoluto que “sobrevuela” los objetos de conocimiento, sin ser ella misma conocida. La confrontación típicamente cartesiana entre cogito (sujeto conocedor) y cogitatum (objeto conocido) origina una tensión de fuerzas que, al acentuar un extremo u otro de la relación, da lugar a las dos posibles polarizaciones: la de un objetualismo espiritualista (cuya tarea consiste en el estudio introspectivo de las relaciones entre sus ideas y emociones) o la de un objetualismo naturalista (cuya tarea consiste en la observación y el análisis de las relaciones físicas, sociales y culturales de los cuerpos que constituyen un entorno natural). Así, mientras que para la primera los objetos de conocimiento están en un “mundo” interior –llamado conciencia, espíritu o mente– dispuestos a ser aprehendidos mediante la reflexión, en el segundo los objetos de conocimiento están en (295). Finalmente Gilles Deleuze también se referirá en Logique du sens (1969) a este “hiatus” o “écart” como “la distancia [distance] infinitiva, en lugar de identidad infinita [...] desplazamiento [déplacement] de la perspectiva, diferenciación de la diferencia” que caracteriza a “los acontecimientos puros” (211, 212). Como referencia fundamental del pensamiento en inmanencia o vitalismo de estos filósofos véase sus últimos escritos, principalmente: Gilles Deleuze, “Immanence: une vie” (1995), Michel Foucault, “Vie: Expérience et science” (1984) y Jacques Derrida, “L’Animal que donc je suis (à suivre)” (1999). 3 Merleau-Ponty, a lo largo de su producción filosófica cuestionó el conocimiento imparcial y objetivante al que denominó “pensamiento de sobrevuelo”. Describió este modelo cognitivo como un compromiso con la sistematización que tiene por principio situarse a la mayor distancia posible de su objeto para poder conocerlo. El filósofo francés critica más exhaustivamente este pensamiento en Le visible et l’invisible (1964). Para una buena exposición del tema, véase Josep Maria Bech, Merleau-Ponty. Una aproximación a su pensamiento (2005). El doble entrecruzamiento The International Journal of Badiou Studies 23 el mundo exterior –“el Gran Objeto” (1964: 33)– dispuestos a ser aprehendidos por un método de observación adecuado. Pero en ambos casos, para garantizar un conocimiento cierto, claro y distinto, es necesario postular la presencia de un Intelecto absoluto –un sujeto transcendental o sujeto científico– que sobrevuele dichos mundos.4 A partir de estos dos esquemas fundamentales del pensamiento moderno objetualista, Merleau-Ponty buscará un tercer camino que le permita pensar el sujeto más allá de su concepción espiritualista o naturalista (1964: 73-102).5 De acuerdo con el intelectualismo espiritualista, el sujeto –yo– aparecería como un objeto del pensamiento causado por un acto de introspección que unifica un conjunto de experiencias subjetivas. En palabras de Merleau-Ponty: “Lo que reprochamos a la filosofía reflexiva no es sólo que transforme el mundo en noema, sino también que desfigure el ser del ‘sujeto’ reflexivo concibiéndolo como ‘pensamiento’ […]. La filosofía reflexiva parte del principio de que, si una percepción ha de ser mía, he de ser yo, como ‘pensamiento’ quien efectúe la reunión de los diferentes aspectos bajo los cuales se presenta el objeto, y su síntesis en un objeto” (1964: 65). Para Merleau-Ponty la filosofía reflexiva sustituye el “mundo” por el “ser-pensado” (1964: 64). Para el intelectualismo espiritualista el sujeto se autoconstituye en tanto 4 Merleau-Ponty realiza principalmente la crítica al objetualismo espiritualista o cientificista en “La ciencia supone la fe perceptiva y no la aclara” y “Fe perceptiva y reflexión” (1964: 31-47; 47-71). Para una buena descripción de ésta véase Bech (op. cit.: 62-82). 5 Uno de los problemas fundamentales que Merleau-Ponty se plantea y quiere resolver con sus dos primeras obras, La structure du comportement (1942) y Phénoménologie de la perception (1945), es el de la antinomia entre un primado absoluto de la interioridad y un primado absoluto de la exterioridad. Se trataría de superar la discordancia entre dos puntos de vista sobre el ser humano: aquel para el cual el hombre es la conciencia constituyente del mundo y aquel para el cual el hombre es una parte del mundo, incrustado en él como una cosa. Volume Two, Number One (2013)

Description:
estructura de los lugares asignados (Bosteels, 2007: 81). paulino, el marxismo althusseriano, la poesía de Mallarmé, el psicoanálisis de Lacan, el.
See more

The list of books you might like

Most books are stored in the elastic cloud where traffic is expensive. For this reason, we have a limit on daily download.