«No busques que te aprecien, ya no te empeñes, no te desgastes. El amor, la camaradería, la lealtad, la integridad, la traición y todas las palabras de significados inmensurables y subjetivos no habrán de tener eco en ti, ni te alimentarán deseo alguno porque desear es algo que no sólo no debes, sino que no puedes hacer. Así que no te llames a engaño si por tu rebeldía, por no asumirte como lo que realmente eres, sufres y lloras.»
Ana es militante de una organización clandestina donde la obligan a llevar una doble vida, por lo que ella decide cambiar su nombre por el de Lucía, en honor a una telenovela que veía de niña: Lucía Sombra. Sin saberlo, este alias marca su destino dentro y fuera de la organización al ser traicionada por unos y olvidada por otros, motivo que la lleva a concluir que su vida es como una sombra que no pertenece a nadie.