Description:Bob Carson abrazó con fuerza a la rubia que le sonreía y la levantó dos palmos sobre la acera de tablas. —Tengo una suerte loca —dijo Bob. La rubia hizo un guiño picaresco. —Te eché el ojo apenas llegaste a Dougland. —¡Rayos! Pues no tienes mala vista, ¿eh? —Siempre me gustaron los hombres fuertes.