Al principio del libro vas a encontrar mucha información que te ayudará a escoger los mejores ingredientes para cada receta propia que quieras crear, pero seguramente estás ansiosa por ponerte manos a la obra. Quieres disfrutar de algo ¡ya! En este caso puedes saltar directamente a las recetas y escoger la que quieras. Elabórala, disfrútala, y seguro que luego quieres hacer más y más, cambiar algo que no te gustó, aprovechar un poco de aceite que te sobró, añadir a esa loción que te encanta propiedades anti granitos porque de pronto tienes las hormonas alteradas, o añadirle protección solar… Y para todo eso necesitas conocimientos. Todas las recetas son fáciles y rápidas de hacer, pero algunas llevan muchos más ingredientes que otras. Hay lociones faciales en las que basta mezclar los ingredientes en un frasco y agitarlo, perfectas para niños y para cuando hay prisas, mientras que en otras hace falta utilizar el fuego. Se han escogido así para que puedas apreciar las diferencias de elaboración versus resultado final, para que decidas si prefieres una crema con cera emulsionante y ácido esteárico o te basta con la cera de abejas, etc. En las recetas, he intentado mantener la variedad de ingredientes utilizados dentro de un límite, empleando los que cumplen las condiciones de ser excelentes, fáciles de encontrar y útiles en muchas recetas, para evitar desperdicios que no tienen sentido.